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“pero yo he rogado por ti para que tu fe
no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos.”
(Lucas 22:32 LBLA)
Y ahora, con respecto a mi mismo, planteo la siguiente pregunta: Señor, ¿tienes que decir "sí"? Puede haber días en los que te preguntes si Dios le ha permitido a Satanás que te zarandee. Pero, si eso es verdad, podemos elegir creer que Dios todavía está en control y que su presencia dentro de nosotros es mayor que la del que está en el mundo (Satanás) (1 Juan 4:4). Ser zarandeado proporciona gloria a Dios, como cuando Job seguía alabando a su creador, aun cuando todo parecía perdido, e incluso su esposa le estaba diciendo que renunciara y maldijera a Dios. Ser zarandeado también exhibe tus debilidades, dejando al descubierto si todavía estás pensando, "Yo solo puedo". Una buena sacudida te empujará al " Yo no puedo, pero Dios sí puede." Al permitir que seas zarandeado, Dios está sacudiéndote todas las distracciones y las cosas que te pueden obstaculizar en el cumplimiento de tu propósito de vida. La forma en que Jesús le dijo a Pedro acerca de que seria zarandeado, tiene un significado muy profundo. Jesús no se limitó a decirle: "¡Prepárate para un torbellino de dolor! Sé que me vas a decepcionar.” En cambio, Jesús apunta su conversación hacia al futuro: Pedro sobrevivirá a ser zarandeado. Él saldrá humillado, pero más fuerte, con el propósito de fortalecer a sus hermanos. En cierto sentido, "Cuando vuelvas de tu tropiezo, vas a ser un siervo que será líder." Fíjate en esto: ¿Cuál es la diferencia entre ser un líder que sirve y un siervo que es líder? |
miércoles, julio 18, 2012
Un Líder Que Sirve O Un Siervo que Lideréa
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