Una de las
características de las historias contenidas en la Biblia, es que sin importar
cuando sucedieron, son aplicables a nuestra vida, al enfrentarnos a determinadas situaciones adversas. Una historia
sumamente impactante es la que vivió el profeta Eliseo con una mujer que era
viuda. Había sido esposa de uno de los miembros de la comunidad de profetas de
Israel. La historia bíblica es la siguiente:
“La
viuda de un miembro de la comunidad de los profetas le suplicó a Eliseo: —Mi
esposo, su servidor, ha muerto, y usted sabe que él era fiel
al Señor.
Ahora resulta que el hombre con quien estamos endeudados ha venido para
llevarse a mis dos hijos como esclavos. — ¿Y
qué puedo hacer por ti? —Le preguntó Eliseo—. Dime, ¿qué tienes en casa? —Su
servidora no tiene nada en casa —le respondió—, excepto un poco de aceite. Eliseo
le ordenó: —Sal
y pide a tus vecinos que te presten sus vasijas; consigue todas las que puedas. Luego entra en la casa con tus hijos y cierra la puerta. Echa
aceite en todas las vasijas y, a medida que las llenes, ponlas aparte. En
seguida la mujer dejó a Eliseo y se fue. Luego se encerró con sus hijos y
empezó a llenar las vasijas que ellos le pasaban. Cuando
ya todas estuvieron llenas, ella le pidió a uno de sus hijos que le pasara otra
más, y él respondió: «Ya no hay.» En ese momento se acabó el aceite. La
mujer fue y se lo contó al hombre de Dios, quien le mandó: «Ahora ve a vender
el aceite, y paga tus deudas. Con el dinero que te sobre, podrán vivir tú y tus
hijos.»” (2 Reyes 4:1-7 NVI)
La mujer viuda se dirigió a Eliseo porque lo
conocía, sabia muy bien quier era el, y sabia que su marido cuando vivía, como
profeta que era, tuvo contacto con Eliseo.
Esta mujer, a lo largo de su vida
como esposa de uno de los profetas de Israel, había escuchado muchas veces las
narraciones de la vida de los profetas, y en especial la vida y obras del
profeta Elías, quien fue el antecesor y mentor de Eliseo. Supo de todos los
milagros que Dios hizo por medio de el, como cuando descendió fuego del cielo y
consumió el holocausto ante los profetas de Baal.
Por esta razón, esta viuda se preguntaba: ¿Dónde
están los milagros y maravillas de Dios? ¿Por qué ahora que estoy sola, mis
acreedores quieren quitármelo todo, incluyendo a mis hijos? ¿Qué podré
hacer?... Esta mujer sentía que toda su vida como esposa de un siervo de Dios
no había servido para nada, todos los esfuerzos y dedicación, solo le estaba
trayendo desgracia y amargura.
La narración bíblica nos muestra que esta mujer se
encontraba, -- además de viuda--, sola y sin amigos, sin parientes cercanos ni
lejanos, no tenia a quien recurrir ni a donde acudir; estaba siendo amenazada
por sus acreedores, pues había quedado endeudada hasta las orejas, y ya no
sabia como podría sacar la cabeza de tan profundo problema.
Por esta razón, como ultimo recurso antes del
desenlace fatal, fue en busca del Profeta Eliseo, para exponerle su situación.
Dios ama cuando nos encontramos en situaciones similares
a la de esta viuda mujer, sin ayuda, sin respaldo y sin protección, ¡sin
esperanza alguna! ; Porque es precisamente es estas circunstancias, cuando el
amor de Dios y su poder manifestado a nuestras vidas y problemas, brillara como
la explosión de una estrella súper nova. ¡Y todo ojo lo vera!
Continuaremos mañana…
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