martes, julio 03, 2012

La vasija de aceite… La petición.



La mujer viuda estaba enfrentando una situación dramática y peligrosa. Ella sabia que su única solución, la única salida a su problema era confiar en Dios, porque nadie más podría ayudarla. Tu fe nace de las situaciones sumamente peligrosas, donde no existe otra opción más que confiar en Dios; o crees en Dios !o te mueres!

—Mi esposo, quien te servía, ha muerto, y tú sabes cuánto él temía al Señor; pero ahora ha venido un acreedor y me amenaza con llevarse a mis dos hijos como esclavos. (2 Reyes 4:1b NTV)

La viuda sabiendo esto, recurrió al Profeta de Dios, sabiendo que Dios era su única esperanza; ella sabia que Eliseo por si mismo no podría hacer nada para ayudarla, pero el Dios a quien su esposo y Eliseo servían, si podía hacer la diferencia en su vida.

Todo en este mundo esta bajo el control de Dios, todo lo que sucede debajo del sol, sucede con la anuencia de nuestro Señor; entonces, ¿Por qué suceden tantas cosas malas?... Porque en estas malas situaciones en nuestras vidas es donde podemos ver y ser consientes de los milagros de Dios. Cada amanecer y cada puesta del sol son milagros impresionantes de Dios, la rotación y la traslación de la tierra son milagros extraordinarios de Dios, pero la única manera de sentir y vivir los milagros de Dios en carne propia, es cuando en medio de nuestros enormes problemas, Dios se manifiesta con su poder y amor. 

El pueblo de Israel en su peregrinar por el desierto, tuvieron que padecer hambre, sed, calor, frío, etc., para que Dios se les mostrara milagrosamente y lo reconocieran en el mana y las codornices, en la peña brotando agua, en la nube sobre ellos cubriéndolos del sol, en la columna de fuego que los alumbraba y calentaba todas las noches, etc.

El plan de Dios es transformarnos para ser mas como su Hijo Jesucristo, para poder ser la sal de la tierra y la luz del mundo. En esta transformación, Dios permite que las calamidades nos golpeen, con la única finalidad de salir victoriosos mediante su ayuda y poder, saliendo de la prueba mas fuertes espiritualmente y maduros en Dios. Literalmente, tenemos que ser desplumados, como lo hacen las águilas con sus plumas viejas e inútiles, tenemos que arrancarnos las garras que no nos sirven para desarrollar las nuevas garras que servirán para los propósitos del Señor en nuestras vidas.

Las pruebas y aflicciones, son solo el medio para ser transformados por el poder de Dios.

La viuda recurrió a Eliseo para contarle su situación, ella no le dijo que es lo que quería, ella no saco su lista de peticiones y condiciones o reclamos, solo abrió su corazón y expuso su situación.

A veces cuando oramos a Dios por alguna necesidad apremiante en nuestras vidas -- tal vez una enfermedad terminal o una relación rota que aparentemente es irreconciliable-- ; tendemos a pedirle a Dios que nos conceda la solución que nosotros creemos seria lo mejor para nosotros… En lugar de esto, solo cuéntale a Dios tu historia, platícale detalladamente lo que te ha sucedido, lo que sientes, lo que sufres, lo que mas te aflige, y espera a que El defina –en su omnisciencia— cual es la mejor solución para tu problema. No le sugieras a El, ¡solo déjate sorprender por SU solución!

El es sabio…
El te ama...
Y ¡El es fiel!

Continuaremos mañana…


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