Tú seguramente
ya estas peleando la buena batalla contra tus problemas y necesidades. Ya no
estas angustiado porque has presentado
tus peticiones a Dios, y la paz de Jesucristo ha invadido tu ser, y esa paz que
es más grande que toda la sabiduría humana, te permite estar enfocado y alerta.
PERO, resulta que, al día de hoy, TE SIENTES AGOTADO.
Hay cristianos
que piensan que el cansarse es pecado, ¡NO, de ninguna manera! Nuestro cuerpo
por razones naturales se cansa, se agota, esa es la ley de la naturaleza, y más
cuando has estado luchando con tus aflicciones, problemas y carencias, y
además, en este cansancio físico, entra en juego todo el desgaste emocional.
Sabemos que el Señor esta con nosotros, que nos cuida, protege y sustenta; pero
de verdad, el agotamiento llega con el tiempo, te lo digo por experiencia.
Lo maravillosos
de nuestro bendito Señor, es que conociendo esta circunstancias naturales de
nuestro ser, nos da una promesa específicamente para estas condiciones, ya que
al pensar y analizar tu corazón, puedes
ver que estas plantado en la roca inconmovible que es Jesucristo, pero tus
fuerzas se han ido mermando a lo largo de la batalla que has estado enfrentando;
¿Qué puedes hacer?... descansar no puedes porque la misma lucha te lo impide…
Hoy el Señor te dice:
“Él fortalece al
cansado y
acrecienta las fuerzas del débil. Aun
los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán
sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no
se fatigarán, caminarán y no se cansarán.” (Isaías 40:29-31 NVI)
Si
las condiciones naturales y humanas hacen que tu cuerpo y mente se cansen, el
creador de esta misma naturaleza, --nuestro Dios--, promete dar nuevas fuerzas a los débiles y cansados. Y especifica mas
claramente que los que confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas.
Que maravillosa
promesa de Dios para tu vida, que como un beneficio de estar confiando en que “Jesús
ya venció al mundo”, además de prometerte “que
te dará descanso cuando estés trabajado y cansado”, el Señor nuestro Dios te promete renovar tus fuerzas para caminar y
correr sin cansarte.
Pero todo esta
sujeto a una sola premisa: “confiar en el Señor”. Y esto solo Dios lo puede constatar al ver tu corazón, ya que
cualquiera lo puede simular físicamente y con su hablar, pero el verdadero
corazón que se encuentra confiando en Dios, es como un suave aroma que sube al
trono del Señor.
Confiar en Dios
es saber que aunque la tormenta arrecie y se empiece a inundarse la barca de tu
vida, Jesús, nuestro capitán, esta a cargo de todo, y nada se saldrá de su
control. ¿Y es en estos momentos cuando nuestra fe se inclina a flaquear?
¡Claro que si! pero es aquí donde te metes a la Palabra de Dios y lees en
repetidas ocasiones las promesas que Dios te da para estos momentos (como las
que hemos estado estudiando), y al elevar tu oración a Dios, le recuerdas las
promesas que encontraste en su Palabra y que las has hecho tuyas.
El Señor es
FIEL, ¡El te lo promete y El te lo cumple!
Jesus Adrian Romero - Cansado del Camino http://www.youtube.com/watch?v=eNJSkSLs_CM
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