“…y cierra la puerta. Echa
aceite en todas las vasijas y, a medida que las llenes, ponlas aparte.
En seguida la mujer dejó a Eliseo y se fue. Luego se encerró con sus hijos y empezó a llenar las vasijas que ellos le pasaban. Cuando ya todas estuvieron llenas, ella le pidió a uno de sus hijos que le pasara otra más, y él respondió: «Ya no hay.» En ese momento se acabó el aceite”. (2 Reyes 4b-6 NVI)
En seguida la mujer dejó a Eliseo y se fue. Luego se encerró con sus hijos y empezó a llenar las vasijas que ellos le pasaban. Cuando ya todas estuvieron llenas, ella le pidió a uno de sus hijos que le pasara otra más, y él respondió: «Ya no hay.» En ese momento se acabó el aceite”. (2 Reyes 4b-6 NVI)
3.- Cierra las puertas: Desafortunadamente es muy frecuente que cuando estas siguiendo la voz
de Dios, que es totalmente distinta a la voz de este mundo tan llena de sentido
común y de lógica, las persona en general, y en especial las mas cercanas a ti,
correrán a criticar lo que haces, a explicarte hasta con ejemplos, porque lo
que estas haciendo NO puede dar buenos resultados, acorde a las leyes del
mercado, las leyes de la naturaleza y sobre todo las leyes del sentido común. A
esta mujer viuda, Eliseo le dijo: “cuando entres con tus hijos a tu casa, cierra las
puertas detrás de ti,”. Dios sabia que si esta mujer
viuda dejaba las puertas abiertas, los mismos vecinos que le había prestado los
recipientes, correrían a decirle que es físicamente imposible llenar los
recipientes vacíos con tan solo una pequeña vasija de aceite; y tal ves la
hicieran dudar y abandonar su tarea.
Esos mismos
vecinos que no le ayudaron en medio de su dolor y angustia, esos vecinos que
habiendo conocido a su marido como honorable siervo de Dios y habiendo conocido
su vida y la de sus hijos desde pequeños, esos mismos vecinos que no levantaron
un dedo a su favor, si serian capaces de levantar su voz para desalentarla y
desanimarla, para forzarla a que aceptara su destino y su desgracia, perdiendo
a sus hijos como esclavos por la enorme deuda que heredo de su marido.
Cuando Dios se
dispone a hacer un gran milagro en tu vida, nunca esperes que te pida que hagas
cosas normales, o cosas que guarden lógica, Dios solo espera tu obediencia
absoluta, a pesar de lo absurdo que pudiera sonar. Jesucristo, para devolverle
la vista a un ciego, hizo lodo con su saliva y se la unto en los ojos al ciego;
¡y el ciego vio! Dios le pidió a Abraham que sacrificara a su único hijo Isaac,
¡y un ángel le detuvo la mano!, y le proveyó de un animal para el sacrificio.
El General del ejercito del rey de Siria de nombre Naaman, finalmente creyó a
lo que le decía el Profeta Eliseo, de lavarse 7 veces al río Jordan para ser
sano de su lepra, era algo totalmente absurdo, pero aun así, a regañadientes,
lo hizo y fue libre de su lepra.
No permitas que
las voces ajenas te desanimen, no dejes que las opiniones tan llenas de lógica
y sentido común te alejen del milagro de Dios para tu vida; CIERRA LAS PUERTAS
TRAS DE TI, y junto con tu familia, obedece
al pie de la letra lo que Dios te dice que hagas.
4. Empieza a llenar todos los recipientes con
tu jarrita de aceite: Tan pronto todo estuvo dispuesto, la viuda y sus hijos empezaron a
trabajar en el asunto; por supuesto que la parte mas difícil fue llenar el
primer recipiente vacío, porque al colocar en su lugar este recipiente vacío y
empezar a vaciar el aceite que había en la pequeña vasija, mientras se llenaba
poco a poco, el estomago se les encogía, se llenaba despacio hasta llegar al
borde superior; al ver lleno el primer recipiente, ¡SU FE EXPLOTO! pues vieron con sus propios ojos, lo que ni la lógica ni los
principios de la física permitían, ¡PERO SI EL PODER DE DIOS!.
Con una enorme sonrisa pusieron a un lado el primer
recipiente lleno de aceite y jalaron el siguiente recipiente vacío… y así el
siguiente, y el siguiente y el siguiente.
Finalmente llenaron el ultimo recipiente vacío, ya no había mas
recipientes que llenar, y al terminar de llenar este ultimo recipiente, la
pequeña vasija de aceite que surtía este
preciado liquido, entrego su ultima gota, el aceite dejo de fluir porque ya no
había mas recipientes que llenar.
Nadie se entero
de lo que sucedía detrás de esas puertas cerradas, no podían saber que sucedía
en la casa, y por lo tanto, no podían
entrar y tratar de ‘robar’ parte de esta bendición de Dios para esta
familia, ni tampoco podían salir en
busca de mas recipientes vacíos, porque estaban muy ocupados rellenado los que
ya tenían. Fue una labor de equipo, pero más que una trabajo físico, fueron sus
corazones llenos de fe y esperanza que los unió en esta misión divina.
Seguramente tu
pequeña vasija de aceite, es algo que siempre has tenido en ti, algo con lo que
naciste y que te es tan familiar que no crees que tenga gran valor. Algo que
cuando les comentaste a tus amigos acerca de dedicarte de lleno a esto, se
rieron y se burlaron de ti. Por eso HOY, cierra las puertas detrás de ti, y
junto con tu familia, los cercanos a tu corazón, los que están contigo a pesar
de todo, con ellos empieza a llenar esos recipientes vacíos para que al estar
llenos con ese aceite tan especial y único con el que Dios te ha dotado, puedas
monetizarlo y vivir el milagro de Dios para tu vida.
Mañana
continuaremos con la quinta y ultima indicación…
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