martes, julio 17, 2012

Si Está Sangrando, Vuelva Mañana



“Indignado porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente:—Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado.” Luke 13:14 (NVI)

Imagínate que vas a la casa de tu vecino para una visita rápida, y mientras estás platicando con el, uno de sus niños  se golpea la cabeza contra el filo de la mesa de la sala.

Antes de que incluso te puedas mover, el niño ya está cubierto de sangre y mientras corres a ayudarle, se oye la voz de la madre del niño gritando: "¡Oh Dios mío, ha arruinado mi alfombra!"

Si esta historia fuera verdad, estarías muy enojado, incluso hasta furioso, porque esta madre estaría más preocupada por su alfombra que por su hijo herido. Lo más probable es que te preguntarías si ella es apta para ser madre, que es lo mismo que casi cualquier persona que escuche la historia, pensaría de ella.

Así están las cosa; el problema que tuvo Jesús con la fe tóxica de los fariseos fue que ellos estaban más preocupados por la alfombra de lo que estaban por el niño herido. Colocaron un valor más alto en las normas y reglamentos del que pusieron a las personas que supuestamente deberían de amar y pastorear. 

Lucas, el primer médico misionero, describe un evento de este tipo, que sucedió entre estos señores de los reglamentos. El líder local castiga a Jesús, en cierto sentido, por ayudar a un niño que estaba sangrado en vez de hacer lo necesario para que la alfombra no se manchara.

"Aquellos de ustedes que estén sangrado, vuelvan mañana" (paráfrasis de Lucas 13:14). ¿Se te ocurre una manera más eficaz de enseñar que el amor no es algo para vivirlo todo el tiempo, 24 horas 7 días a la semana?  Pero entre los señores de las reglas y los linimentos, el amor está sujeto a las regulaciones.
 
Fíjate en esto:

Jesús dijo que el mayor mandamiento es amar al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Y que el segundo gran mandamiento es amar a tu prójimo como a ti mismo. Y añade: "toda la ley y los profetas dependen de estos dos mandamientos." (Mateo 22:37-40)

Esto significa que el amor siempre debe ser el fundamento de nuestras normas y reglamentos. ¿Cómo puedes saber cuando el amor está presente en las reglas? ¿Cómo puede saber cuando las reglas han quitado al amor de la primera posición?

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