lunes, julio 23, 2012

Ponte La Mente De CRISTO


“Y tomándole aparte, Pedro comenzó a reprenderle, diciendo: ¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá. Pero volviéndose El, dijo a Pedro: ‘¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.'” (Mateo 16:22-23 LBLA)

La inseguridad exige siempre estar en control, tener siempre la última palabra, y obtenerlo siempre a mi manera.

La inseguridad nos lleva a luchas de poder, y el resultado es que vivimos en perpetuo conflicto. Cuando te presiona, podemos incluso tratar de arrebatar algo de las manos de Dios, de la misma manera en que un niño le arrebata algo a otro niño.

En cierto sentido, Pedro está haciendo precisamente eso. Cuando Jesús les explica el plan de Dios, incluso su muerte sacrificial, Pedro intenta arrancar este plan cósmico de las manos del Señor: "¡No, Señor", dice. “¡Esto nunca te ocurrirá!" 

Jesús se volvió y le dijo a Pedro: “— ¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres." (Mateo 16:22-23 NVI).

Pedro, aquí nos muestra una imagen perfecta de la tremenda lucha que enfrentamos, de sus subidas y bajadas por mantener nuestra fe, viviendo en un terrible mundo del aquí y del ahora, sin considerar la eternidad. 

Muy poco tiempo antes de este momento, Pedro le había declarado a Jesús que "el era el Cristo, el Hijo del Dios viviente." Y Jesús le había respondido: " Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos."(Mateo 16:16-17).

Al avanzar unos cuantos versículos mas, Jesús reprende a Pedro por "ver las cosas sólo desde un punto de vista humano, no desde el de Dios" (Mateo 16:23 NVI). "No tienes idea de cómo trabaja Dios" (Mateo 16:23 PRF).

Cuando pensamos como hombres, como simples mortales, nos alejamos del plan de Dios y estorbamos el camino del propósito de Dios. El reproche de Jesús no es su palabra final para nuestra triste humanidad, sino que es una exhortación, una invitación para que podemos hacer coincidir nuestras mentes con la de Dios, permitiendo que la mente de Cristo nos lleve a las cosas de arriba.

Piensa en esto 

¿Cómo se puede "coincidir con la mente con Dios"?

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