“No sólo escuchen la
palabra de Dios, tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se
engañan a sí mismos.” (Santiago 1:22 NTV)
Conocí a una mujer que había leído todos
los libros de dietas en el mercado, conocía los menús, las calorías, los
ejercicios, los famosos rebotes; al
grado que cualquier pregunta relacionada con cualquier tipo de dieta, ella lo
sabia todo; PERO seguía siendo la gordita de la oficina, porque nunca se animo a
llevar en forma una de esas tantas dietas que conocía. Todas las iniciaba, pero
al primer pastel de cumpleaños, rompía la dieta, a la primera invitación a
comer, pedía el postre más grande, en fin, estoy seguro de que ha de seguir
siendo la gordita simpática de alguna otra oficina.
Y esto aunque es muy risible, es sumamente
común entre todos nosotros, nos encanta hacernos llegar información, de todo
tipo, y esto solo “por si algún día la llegamos a necesitar”. Otros mas
experimentados en este asunto, no solo acumulan información, sino que también
juntan y guardan todo lo que piensan que podría ser de futura utilidad, desde
las bolsas de las tiendas de marca, hasta los estuches y cajas de los aparatos
eléctricos que compraron. Cuando se les
visita, es toda una experiencia ver lo que tienen guardado, es algo así como un
viaje en el tiempo; Y sabes que es lo más curioso… que extremadamente pocas
cosas las vuelven a utilizar.
Así también en nuestra vida espiritual;
leemos libros, asistimos a congresos, nos reunimos con amigos para platicar
nuestras experiencias, leemos devocionales diarios que recibimos por correo o por
Facebook, etc., etc., Pero finalmente todo queda como un conocimiento teórico,
pues nunca nos animamos a ponerlo en práctica.
En las últimas semanas hemos estado
estudiando distintas herramientas para desarrollar la vida espiritual que Dios
quiere para nosotros, una vida con un carácter como el de Cristo. Esto no
llevara a vivir en la plenitud y la realización total de nuestro ser,
encontraremos el significado de nuestro existir, pues cada uno de nosotros
tiene un propósito especifico diseñado por Dios para nuestra vida, propósito
tan especifico, que solo tu podrás lograr.
Hoy no te escribiré mas, para que medites
acerca de las últimas semanas; ¿Has puesto en práctica algo de lo que has
aprendido de la Palabra?
¿Te ha servido de algo lo que has leído
con respecto al amor de Dios y su plan para ti?...
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