jueves, abril 12, 2012

La Armadura de Dios (4 de 7)





Revestíos de la armadura completa de Dios, para que podáis resistir los ataques enemigos en el día malo; así, cuando la batalla termine, vosotros seguiréis en pie. Permaneced firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, vestidos con la coraza de la rectitud  y calzados y aprestados vuestros pies con el evangelio de la paz. Embrazad, sobre todo, el escudo de la fe, para que en él podáis apagar todas las flechas ardientes del maligno. Cubríos la cabeza con el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; (Efesios 6:13-17 CST)


Hoy veremos el calzado como parte de la Armadura de Dios para nosotros. El caso que nos ocupa hoy es guardar los pies con una parte de la armadura espiritual, de la misma manera como debemos proteger cualquier otra parte del cuerpo, considerando que debemos llevar el mensaje de las buenas nuevas, de la Paz, en toda ocasión que se nos presente.

Estamos hablando del soldado del ejército romano equipado para entrar en combate. Es importante su preparación previa, pero  también lo es, que vaya “equipado” convenientemente. El calzado y sus pies representan el movimiento y avance del soldado; no puede quedarse estático.

¿Puedes imaginarte a un guerrero protegido con su casco, su coraza, buen armamento, pero en zapatillas de ballet?; se vería como toda una aberración, un absurdo; y si estamos estudiando la analogía que Pablo hace de la armadura del soldado romano con la armadura de Dios para sus hijos, pues también los zapatos deberán de ser los adecuados y acorde a la armadura.

A primera vista pareciera que el objetivo central de este versículo, es exclusivamente la evangelización. Si bien esta actividad no está excluida,  este  elemento simbólico de la armadura, además nos habla  de la lucha a la que estamos expuestos por causa de haber nacido de nuevo y haber aceptado a Cristo como Salvador, nos habla del camino que transitaremos a lo largo de nuestra vida.

Recordemos que esta Armadura es un simbolo espiritual. No la diseñamos ni la fabricamos nosotros, sino que es provista por Dios. El Apóstol Pablo indica estar “calzados y aprestados”, como dos cosas diferentes.

‘Calzados’ se refiere al equipamiento especifico para la actividad. En la actualidad existe una variedad increíble de calzado para cada ocasión; para correr, para jugar, para escalar, para estar en ceremonia, para descansar, etc. Pablo nos dice que nos pongamos el calzado para compartir las buenas nuevas que recibimos al tener un encuentro personal con Jesucristo, a lo que Pablo denomina “el evangelio de la paz”.

‘Aprestados’ se refiere a la disposición del corazón para hacer la tarea; Conocemos de sobra muchos ejemplos de personas que se visten para un evento en especial; las que se visten con un traje de novia, los que se visten con todos sus arreos para escalar, los que se ponen un traje de buzo para sumergirse en el mar; PERO una cosa es vestirse y otra muy diferente es hacerlo… Y sobre este tema, estoy seguro que todos conocemos historias de novias arrepentidas en el altar, alpinistas que a la mera hora no se animaron a descolgarse y de buzos que prefirieron quedarse en el barco y esperar a que los otros buzos regresaran a la superficie.  

El caso que nos ocupa hoy, es el de guardar los pies con una parte de la armadura espiritual, de la misma manera como debemos proteger cualquier otra parte del cuerpo,  considerando que debemos llevar el mensaje de las buenas nuevas de la Paz, en toda ocasión que se nos presente. Este mensaje de la paz de Jesucristo, lo deberemos esparcir mas con nuestra forma de vida, que con discursos o presentaciones.

Algo muy importante es recordar la “gran comisión’” que nos encomendó nuestro Señor Jesucristo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio (las buenas nuevas) a toda criatura” (Marcos 16:15) en la cual nos pide que hablemos del inmenso amor de Jesús que murió por cada uno de nosotros en la cruz. Recuerda que NO puedes hablar de lo que no has vivido o experimentado, porque entonces estarías hablando teóricamente; tampoco debes de hablar como queriendo agremiar a los que te escuchan a una organización o lugar en especial; Jesús lo que nos pide es que compartamos las noticias de que El vino a traernos libertad, gozo y paz; vino para hacernos de la familia de Dios, y esta verdad solo pertenece a Dios y no a organización alguna.

Ponerte el CALZADO DEL EVANGELIO DE LA PAZ, significa tener una ACTITUD o DISPOSICION del corazón para platicar ‘tu historia’ de tu encuentro con Jesús.
Contar con el CONOCIMIENTO adecuado de lo que te sucedió, cuando tu vida se encontró con el amor de Jesús.  
ACTUAR cuando el Espíritu Santo te ponga las condiciones y las personas a quien quiere que les hables del amor de Jesucristo.
                                      

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