Revestíos de la armadura completa de Dios, para que podáis
resistir los ataques enemigos en el día malo; así, cuando la batalla termine,
vosotros seguiréis en pie. Permaneced firmes, ceñidos con el cinturón de la
verdad, vestidos con la coraza de la rectitud y calzados y aprestados
vuestros pies con el evangelio de la paz. Embrazad,
sobre todo, el escudo de la fe, para que en él podáis apagar todas las flechas
ardientes del maligno. Cubríos la cabeza con el casco de la salvación y empuñad
la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; (Efesios 6:13-17 CST)
Hoy veremos el calzado como parte de la
Armadura de Dios para nosotros. El caso que nos ocupa hoy
es guardar los pies con una parte de la armadura espiritual, de la misma manera
como debemos proteger cualquier otra parte del cuerpo, considerando que
debemos llevar el mensaje de las buenas nuevas, de la Paz, en toda ocasión que
se nos presente.
Estamos hablando del soldado del
ejército romano equipado para entrar en combate. Es importante su preparación
previa, pero también lo es, que vaya “equipado” convenientemente. El
calzado y sus pies representan el movimiento y avance del soldado; no puede
quedarse estático.
¿Puedes imaginarte a un guerrero
protegido con su casco, su coraza, buen armamento, pero en zapatillas de ballet?;
se vería como toda una aberración, un absurdo; y si estamos estudiando la analogía
que Pablo hace de la armadura del soldado romano con la armadura de Dios para
sus hijos, pues también los zapatos deberán de ser los adecuados y acorde a la
armadura.
A primera vista pareciera que el
objetivo central de este versículo, es exclusivamente la evangelización. Si
bien esta actividad no está excluida, este elemento simbólico de la
armadura, además nos habla de la lucha a la que estamos expuestos por
causa de haber nacido de nuevo y haber aceptado a Cristo como Salvador, nos
habla del camino que transitaremos a lo largo de nuestra vida.
Recordemos que esta Armadura es un
simbolo espiritual. No la diseñamos ni la fabricamos nosotros, sino que es
provista por Dios. El Apóstol Pablo indica estar “calzados y aprestados”, como dos cosas diferentes.
‘Calzados’ se refiere al equipamiento especifico para la actividad. En la
actualidad existe una variedad increíble de calzado para cada ocasión; para
correr, para jugar, para escalar, para estar en ceremonia, para descansar, etc.
Pablo nos dice que nos pongamos el calzado para compartir las buenas nuevas que
recibimos al tener un encuentro personal con Jesucristo, a lo que Pablo
denomina “el evangelio de la paz”.
‘Aprestados’ se refiere a la disposición del corazón para hacer la tarea; Conocemos
de sobra muchos ejemplos de personas que se visten para un evento en especial;
las que se visten con un traje de novia, los que se visten con todos sus arreos
para escalar, los que se ponen un traje de buzo para sumergirse en el mar; PERO
una cosa es vestirse y otra muy diferente es hacerlo… Y sobre este tema, estoy
seguro que todos conocemos historias de novias arrepentidas en el altar,
alpinistas que a la mera hora no se animaron a descolgarse y de buzos que
prefirieron quedarse en el barco y esperar a que los otros buzos regresaran a
la superficie.
El caso que nos ocupa hoy, es el de
guardar los pies con una parte de la armadura espiritual, de la misma manera
como debemos proteger cualquier otra parte del cuerpo, considerando que
debemos llevar el mensaje de las buenas nuevas de la Paz, en toda ocasión que
se nos presente. Este mensaje de la paz de Jesucristo, lo deberemos esparcir
mas con nuestra forma de vida, que con discursos o presentaciones.
Algo muy importante es recordar la “gran
comisión’” que nos encomendó nuestro Señor Jesucristo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio (las buenas nuevas)
a toda criatura” (Marcos 16:15) en la cual nos
pide que hablemos del inmenso amor de Jesús que murió por cada uno de nosotros en
la cruz. Recuerda que NO puedes hablar de lo que no has vivido o experimentado,
porque entonces estarías hablando teóricamente; tampoco debes de hablar como
queriendo agremiar a los que te escuchan a una organización o lugar en
especial; Jesús lo que nos pide es que compartamos las noticias de que El vino
a traernos libertad, gozo y paz; vino para hacernos de la familia de Dios, y esta
verdad solo pertenece a Dios y no a organización alguna.
Ponerte el CALZADO DEL EVANGELIO DE LA
PAZ, significa tener una ACTITUD o DISPOSICION del corazón para platicar ‘tu
historia’ de tu encuentro con Jesús.
Contar con el CONOCIMIENTO adecuado de
lo que te sucedió, cuando tu vida se encontró con el amor de Jesús.
ACTUAR cuando el Espíritu Santo te
ponga las condiciones y las personas a quien quiere que les hables del amor de
Jesucristo.
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