|
“También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos.” (Juan
2:2 NVI)
Puede ser extraño imaginarnos a Jesús, riendo, sonriendo, rodando por el suelo con los niños, y haciendo bromas a sus discípulos. Tendemos a verlo de una manera limitada que reduce al mínimo su humanidad. Pero sabemos que Jesús era un hombre simpático. Su actitud alegre atraía a la gente. ¡Fue invitado a las fiestas! Personas aburridas, generalmente no reciben muchas invitaciones para las fiestas. ¡Los niños pequeños lo amaban! Por lo general, ellos son muy buenos jueces de quien es divertido. A la gente le gustaba estar cerca de Jesús. Él también era divertido. A menudo no notamos su sentido del humor porque no somos judíos del primer siglo. Jesús vino a la Tierra para morir. No hay duda acerca de su papel y de su misión. En ese papel, él cargó sobre si mismo todos nuestros dolores y sufrimientos. Pero también vino mostrándonos su alegría, su bondad, su paciencia, y la belleza de Dios, su Padre. Y en esto, él era el Hombre de la Alegría. Esta imagen de Jesús me atrae muchísimo. Me puedo identificar con él. Él supo lo que fue sentir el dolor, la traición y el inmenso sufrimiento; pero también el era alguien que podía reír, jugar y caminar tranquilamente por la vida con todos estos quebrantamientos. Su vida me impulsa para buscar una vida llena de alegría para mí. Reflexiona en esto:
|
miércoles, abril 04, 2012
Jesús, Nuestro Modelo De Alegría
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario