Por esa razón, vístanse con toda la armadura de
Dios. Así soportarán con firmeza cuando llegue el día del ataque de Satanás y
después de haber luchado mucho todavía podrán resistir. Entonces manténganse firmes, pónganse el
cinturón de la verdad y protéjanse con la coraza de la justicia. 15
Prepárense poniéndose el calzado de anunciar las buenas noticias de la paz. Pero sobre todo, tomen el escudo de la fe para
detener las flechas encendidas del maligno. 17 Utilicen la salvación
como casco protector. Tomen la espada del Espíritu, que es la palabra
de Dios. (Efesios 6:13-17 PDT)
Convendría recordar que estamos hablando
de una parte de la Armadura de Dios, que es eminentemente espiritual. Hoy hablaremos de la última
parte que menciona Pablo, y que también es la única pieza de la armadura que es exclusivamente
para el ataque; La ESPADA.
La espada romana, era de dos filos, y representa a la Palabra de Dios, la Biblia. Sin embargo, como dato curioso, en la Biblia leemos que “la espada de dos filos” se menciona de dos maneras diferentes.
Por ejemplo en Efesios 6:17 y Hebreos 4:12 (entre otros), la palabra en griego que se usa en el original es “mákhaira”, se utiliza para hacer un trabajo fino y delicado, que espiritualmente hablando seria ayudar a alguien que tiene un problema eminentemente espiritual.
Y en Apocalipsis 2:16, 6:8, 19:15, 21 a la ESPADA se le llama “Romphaia”, y es utilizada como arma de combate para herir y matar.
Por esto, sabemos que la Palabra de Dios como espada, también puede ser para ayudar, consolar, para instruir en justicia, etc. Pero bien sabemos que hay quienes usan mal la Palabra de Dios, y en este caso hieren y matan, usando la Palabra de Dios para sembrar condenación y juicio… ¿Alguna ocasión te han hablado así? Por eso Pablo le escribe a Timoteo (2 TIMOTEO: 2:15) para decirle “usa bien la palabra de verdad”.
Hoy aprenderemos a usar la Palabra de Dios en la forma adecuada, la manera en que Dios quiere que la usemos, en amor, comprensión, tolerancia y aceptación, porque con la Palabra de Dios que es la Biblia debemos ayudar y edificar a las demás personas, sin herir a quienes necesitan ser sanados del alma.
Esta parte de la Armadura está citada en último lugar, posiblemente dada la delicadeza y cuidado con que hay que tratarla. Cuando el cristiano esgrime la espada de la Palabra, no es la espada del juicio ni la espada vengadora de Dios, sino es aquella Palabra de verdad, el evangelio de salvación, el evangelio de la paz.
Estamos hablando del Poder de la Palabra de
Dios.
Pero si tienes dificultad para creer que cuando hablas y mencionas la Palabra de Dios, hay poder en ella, solo compáralo con “las otras palabras” que usualmente salen de tu boca:
Pero si tienes dificultad para creer que cuando hablas y mencionas la Palabra de Dios, hay poder en ella, solo compáralo con “las otras palabras” que usualmente salen de tu boca:
¿Qué efecto producen tus
palabras cuando insultas a alguien?
Si acostumbras llamar tonto a un niño, ¿Crees que con el tiempo eso no le afectará?
Si existe alguna reacción a tus insultos, esto te mostrara que tus palabras de insulto si tuvieron poder.
¿Pueden nuestras palabras modificar el ánimo de quienes nos escuchan?
Podemos animarles. Podemos entristecerles. Podemos ofenderlas. Podemos levantarlos muy alto o podemos enterrarlos en el mas profundo lodo.
Dice el Apóstol Santiago (capitulo 3) que lo que habla nuestra lengua puede ser un fuego encendido por el infierno.
Si acostumbras llamar tonto a un niño, ¿Crees que con el tiempo eso no le afectará?
Si existe alguna reacción a tus insultos, esto te mostrara que tus palabras de insulto si tuvieron poder.
¿Pueden nuestras palabras modificar el ánimo de quienes nos escuchan?
Podemos animarles. Podemos entristecerles. Podemos ofenderlas. Podemos levantarlos muy alto o podemos enterrarlos en el mas profundo lodo.
Dice el Apóstol Santiago (capitulo 3) que lo que habla nuestra lengua puede ser un fuego encendido por el infierno.
En cambio, ¿Qué efecto produce una palabra de consuelo al que está
sufriendo un dolor? Esa palabra calma a
la persona. Por lo tanto también tuvieron
poder.
A un bebé que ni siquiera entiende el lenguaje, si la madre le habla cariñosamente, el bebé muestra en su rostro el efecto que le produjo esas palabras.
A un bebé que ni siquiera entiende el lenguaje, si la madre le habla cariñosamente, el bebé muestra en su rostro el efecto que le produjo esas palabras.
Y si Dios nos dio semejante poder a nivel humano; ¡Cuánto más no
será la Palabra que sale de la boca de Dios!
Cuando Dios pone Su Palabra por medio de su Espíritu en el corazón de la
persona, convence poderosamente, convierte y
consuela.
En realidad lo que quiere decir, es que es muy cortante (…la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos…Hebreos 4:12 ). Es para usarla con cuidado, porque podemos herir en lugar de extirpar lo malo.
Opera en el interior del ser, de la misma
manera como lo hace un cirujano con el bisturí en un cuerpo enfermo.
“Penetra hasta dividir el alma y el espíritu”
¡Cuántas veces nos encontramos con personas que creen
que están haciendo bien, pero en realidad están equivocadas!
Toman decisiones que les parecen adecuadas y espirituales, pero en realidad sus sentimientos, son los que buscan complacerse.
Grande sería nuestro problema y una profunda equivocación si quisiéramos ayudar a alguien que necesita urgentemente un consejo, si no tuviéramos el recurso de la Palabra de Dios, la Biblia, que conoce lo que es del alma (los sentimientos) y lo que es del espíritu.
Toman decisiones que les parecen adecuadas y espirituales, pero en realidad sus sentimientos, son los que buscan complacerse.
Grande sería nuestro problema y una profunda equivocación si quisiéramos ayudar a alguien que necesita urgentemente un consejo, si no tuviéramos el recurso de la Palabra de Dios, la Biblia, que conoce lo que es del alma (los sentimientos) y lo que es del espíritu.
Por eso dice Pablo a los Efesios que esta parte de la Armadura de Dios, es la Espada del Espíritu, es la Palabra de Verdad, que proviene totalmente del Espíritu de Dios. La que, con la misma agudeza que el cirujano usa su bisturí, revela lo que somos y lo que no somos en nuestro ser interior. Penetra hasta la médula de nuestra moral y vida espiritual. Discierne tanto lo bueno como lo malo, descubriendo las verdaderas y más profundas intenciones del corazón.
No debemos de olvidar que
Las Escrituras o Palabra de Dios, no son solo para leerlas y hasta
memorizarlas; son para ponerlas por obra. Recuerda que, tú nunca te sanaras por
más veces que leas la receta del doctor, tienes que comprarla y tomarte la medicina
para ser sano.
¿Te imaginas a un médico que está atendiendo a un enfermo grave, y
que le diagnostique muy acertadamente su enfermedad, pero que después de esto
lo manda para su casa? Pues así es cuando la Biblia nos muestra nuestra
verdadera condición espiritual, y una vez que la conocemos, no hacemos nada al respecto. La Biblia nos dice que
hacer; Pero… ¿Estamos dispuestos a seguir con ‘ese tratamiento’ y medicina?
No basta con solo conocer nuestra verdadera condición, esto es el
primer y muy importante paso, Pero también el segundo paso es el que nos sanara
totalmente del cancer del pecado; y estos siguientes pasos están en la Palabra
de Dios.
La Palabra inspirada de Dios o Biblia, es la única fuente
definitiva de sabiduría, de conocimiento y de comprensión de las verdades más
importantes. La única que puede liberar al oprimido. La única que puede descubrir
los pensamientos y aún las intenciones del corazón.
Muchas veces, con el afán de que alguien conozca a Jesucristo, les
hablaremos con un lenguaje conocido por nosotros (lenguaje de Biblia versión
1909), pero para quien nos escuche. será totalmente incomprensible y sin
sentido.
Recuerdo bien a una persona que la primera vez que le hablaron del
amor de Jesucristo, le decían que el era ‘un alma nueva’.. Tiempo después cuando
me lo comento, me dijo que el creía en esa ocasión, que se estaban refiriendo a
algo así como ‘unos fantasmitas’ como Gasparin, pues el termino ‘alma nueva’ no le guardaba ningún
sentido.
Por ultimo; nuestro modelo, el Señor Jesús, cuando fue tentado por Satanás
en el desierto, NO lo combatió con sus argumentos, su ejemplo de vida, su
estirpe real o las promesas que habían
mencionado los ángeles; Jesús solo le dijo a Satanás: PORQUE ESCRITO ESTA… y le
repitió partes de la Palabra de Dios (Mateo 4:3-10).
La Biblia o Palabra de Dios no es un ‘amuleto’ para las malas
situaciones; es el PODER mismo de Dios dejado a sus hijos para combatir
CUALQUIER amenaza material y espiritual.
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