"Disfruta de lo que tienes en
lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene
sentido, es como perseguir el viento.” (Eclesiastés 6:9 NTV)
Con frecuencia pensamos: "Yo tengo esto, pero si tuviera más, estaría aún más feliz." !Y esto no es cierto!. Se nos enseña a estar descontentos con nuestro presente, pero no tiene que ser así, si nos centramos en las cosas buenas que tenemos.
¿Significa esto que nunca vamos a tener dificultades al contemplar el éxito de las otras personas? ¡Por supuesto que no! Todos lo hacemos de vez en cuando. De hecho, la naturaleza humana siempre hará que nos preguntemos: "¿Por qué esa persona obtuvo la promoción y yo no?" o "¿Cómo es que ella se está casando y yo todavía sigo soltera?" o "¿Por qué ellos si pueden salir de vacaciones y nosotros solo apenas podemos pagar los mínimos de las tarjetas?"
Permítanme aclararles esto: La envidia no es tener deseos, sueños o ambiciones. Puedes y debes tener deseos, sueños o ambiciones, pero sin sentir envidia de los demás. La envidia es cuando te molesta que los otros ya tengan las cosas que esperas tener y que todavía no has logrado alcanzar. La envidia es creer que no puedes ser feliz hasta que obtengas esas cosas.
La envidia se basa en el mito: ¡Debo tener más que tu para ser feliz!
Medita en esto:
- Se agradecido por lo que eres y lo que tienes. En vez de quejarte, recuerda que ¡todo es un regalo! ¿Cómo la siguiente escritura podrá cambiar tu vida? "¿Quién te distingue de los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué presumes como si no te lo hubieran dado? ¡Ya tienen todo lo que desean! ¡Ya se han enriquecido!...” (1 Corintios 4:7-8a NVI)
- Escribe: "Ya tengo más de lo que merezco!" Medita sobre el significado de esta declaración.
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