Hemos estado aprendiendo acerca de las
disputas y las discusiones, como evitarlas, como no caer en confrontaciones inútiles
y desgastantes. PERO, habrá ocasiones en que tengas que exponer tu opinión frente
a tus opositores, los cuales pueden ser tus seres mas queridos. En estos casos,
tendrás que hacerlo, es tu responsabilidad el avisarles si consideras que están
en peligro, incluso si son tu responsabilidad, como el caso de tus hijos pequeños,
no solo te limites a dictar instrucciones y ordenes, explícales --- a su nivel
de comprensión--- la razón de tu decisión; pero la clave de todo esto es: HABLAR
COMO CONVIENE.
Muchas gentes creen que la Biblia no habla
de aspectos prácticos para la vida, pero este es un ejemplo de que es todo lo
contrario:
“Manzana de oro con
figuras de plata Es la palabra dicha como conviene. Como zarcillo de oro y joyel de oro fino Es el que reprende al sabio que tiene oído
dócil.” (Proverbios 25:11-12 RV)
Yo estoy
convencido que TODO lo podemos hablar adecuadamente, incluso lo mas incomodo y
escabroso, TODO lo podemos expresar correctamente. Y cuando lo que tienes que
decir es muy importante, es cuando debes de asegurarte de que tu idea quede
perfectamente clara, sin el ruido distorsionante de los gritos y los insultos.
Salomón
escribió que las palabras dichas como conviene son como una manzana de plata
con figuras de oro. Que preciosidad de orfebrería es esta pieza de plata y oro,
digna de adornar un palacio, y así considera Salomón las palabras dichas
adecuadamente. Y adecuadamente o como conviene, NO significa que serán solo halagos
o reconocimientos; también serán reprensiones, extrañamientos y castigos. Todo
lo bueno y lo malo que quieras comunicar, lo deberás de hacer como conviene.
¿Y que es
como conviene?, es la forma en la que el que escucha, siga escuchando y se
quede meditando en lo que le dijiste. ¿Alguna ocasión has escuchado a alguna
persona que aunque te este regalando algo o te este halagando, sus palabras y
expresiones retumban en tus oídos como puñales enterrándose en tu pecho? Salomón
también habla acerca de esto:
“Hay hombres cuyas
palabras son como golpes de espada; Mas
la lengua de los sabios es medicina.” (Proverbios 12:18 RV)
Tienes dos opciones cunado tengas una conversación
‘difícil’; puedes hablar ‘como conviene’
para que verdaderamente te escuchen y mediten en ello; o puedes hablar con
palabras que sean como ‘golpes de espada’,
que aunque la intención era de ayudar, premiar y reconocer a la persona, esas
palabras solo produjeron heridas en su alma. Busca ser el doctor que provee la medicina con tus palabras, procura que
por lo que digas y como lo digas, te consideren como una valiosa y hermosa joya
de oro para quien recibe tu reprensión.
Al planear lo que dirás en esa conversación
de ‘reprensión o extrañamiento’, usa la regla del sándwich, 1 rebanada de jamos
en medio de 2 tapas de pan:
Inicia hablando de los aspectos positivos
de la persona, sin exagerar y sobre todo sin mentir (rebanada de pan).
Continua con el tema escabroso, expón los
hechos sin emitir juicios, evita las expresiones “siempre…”, “nunca…”, “te lo
dije…”, “ya sabia…”, “de seguro que piensas…”. No “infieras” lo que los otros están
pensando o sintiendo, eso solo Dios lo sabe, Expón claramente y con pocas
palabras la razón de tu preocupación, hablando de lo que tu piensas y tu
sientes (este es el jamón).
Termina la conversación sin preguntar la razón
de su actuación, pues muchas veces ni a la misma persona que lo hace le queda
claro porque lo hace. Coméntale las expectativas que tienes para esta persona, dándole
a entender que tu aprecio no cambia por esta situación, y que el aprecio a esta
persona es lo que te llevo a hablar de esto. En esencia, Déjale sentir a esta
persona que tu interés es el de ganar-ganar, construir, edificar y NO de criticar y
buscar hacerlo sentir mal. (Esto es la otra tapa del sándwich).
Finalmente, cuando te encuentres en medio
de una situación como esta, piensa muy claramente en la ‘Regla de Oro’; ¿Cómo te
gustaría que lo hicieran contigo?
Traten a los demás tal
y como quieren que ellos los traten a ustedes. ( Lucas 6:31 NVI)
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