jueves, marzo 15, 2012

¿Te gusta conocer la verdad?

En la actualidad todos buscamos la verdad, cuando escuchamos las noticias o leemos el periódico, buscamos otras fuentes de información tratando de encontrar la verdad de esa noticia. Cuando atendemos a un comercial en la TV, si es de nuestro interés el producto, buscamos en Internet los reportes subidos a la red con respecto a lo anunciado, no te imaginas cuanta falsedad se descubre al ‘hacer un poco de tarea’.  Mis hijos son uno expertos en esta materia, cuando algo me llama la atención, en poco tiempo ya me tienen un reporte del producto, desilusionándome del producto la gran mayoría de las veces, pues los reportes indican la falsedad de las aseveraciones que anuncian. Sabias que los productos milagrosos para bajar de peso, filman primero a una persona con cuerpo normal, delgada y atlética, y posteriormente la hacen subir de peso y la filman de nuevo. Cuando finalmente sacan el anuncio en TV, lo presentan al revés, primero la gorda y después la misma persona delgada… que tramposos, lo mismo sucede con los equipos mágicos para hacer ejercicio y todos los llamados ‘productos mágicos’ que anuncian en Internet, radio y televisión. Excuso decirte como me fue con mis hijos cuando les comente que había llenado una encuesta por Internet, para ganarme una TV de plasma de 42”; por supuesto que no me gane nada, pero me llegaron una infinidad de anuncios de TODO tipo.

Pero esta necesidad de conocer la verdad fue puesta por Dios desde Adán, que fue el primer hombre creado por Dios. Pero también nos dio la promesa de que podremos conocer la verdad y esta nos hará libres.

“…y Jesús les dijo: —Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” (Juan 8:31-32)

Lo bueno es que el Hijo de Dios nos dio la formula para conocer la verdad, y principalmente la verdad de la vida eterna. La única condición para conocer la verdad es ser y mantenernos como discípulos de Jesús. Un discípulo es aquel que se dedica a diario a estudiar y aprender mas de algo. Cuando estudiaste en la esuela o la universidad, estabas comprometido a asistir, atender a todas las clases, a hacer la tarea, a presentar los exámenes, para que finalmente te graduaras. Nadie se hizo doctor o abogado con solo inscribirse en la universidad, nadie se graduó de enfermera o maestra con solo ir diario a la cafetería del plantel. TODOS los que nos graduamos, tuvimos que asistir, estudiar, aprender y demostrar que ya lo habíamos aprendido para convertirnos en graduados (con honores o de panzazo, pero graduados).

Precisamente a esto se refiere Jesús, y parafraseando Juan 8:31-31, Jesús les dijo: si no se ausentan ni se van de pinta y atienden a las clases que yo les daré, los considerare mis verdaderos alumnos, y por esta razón aprenderán tanto que podrán saber y conocer lo que es verdadero; y al saberlo, esto lo hará totalmente libres, sin ningún engaño ni mentira en su mente.

Es muy fácil ser entrenador del America cuando estamos sentados en las gradas del Estadio Azteca, es sencillísimo ser el entrenador de la Chiquita Gonzáles cuando estamos sentados en la sección general (hasta arriba) en la Arena México, y es mucho mas fácil gritarle al televisor cuando vemos un partido de la selección Mexicana, gritándoles lo que deberían de hacer… Y sabes porque es tan fácil… Porque no hay ningún compromiso, no se pone a prueba nuestro liderazgo ni nuestras decisiones; si sale mal lo que indicamos, no pasa nada; y si teníamos razón, tampoco pasa nada.

Si de verdad queremos conocer la verdad, deberemos de comprometernos a asistir a las clases que Jesús imparte a diario mediante la Palabra de Dios, son a la hora que tu definas, con la duración que tu determines y a la velocidad de avance que tu quieras; la única condición es que asistas con tal regularidad, que el Maestro, Jesús, te considere un alumno regular. Comprométete; y te recomiendo mucho el ‘Laboratorio de Promesas’, que es donde veras como todo lo que Dios te promete en su Palabra, ¡si se cumple!

Jesús es el único que borra nuestro pasado y nos da un futuro brillante y lleno de satisfacciones.  

   


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