En Lugares como la Ciudad de México,
Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y demás ciudades tristemente celebres por su
violencia, no es extraño encontrarse con cristianos que sabiendo que Dios los
cuida y que los protege de todo mal, y apoyándose en el Salmo 23 y el 91, se
aventuran alegremente por cualquier parte de la ciudad a cualquier hora del día
y de la noche, ¿conoces a alguien así?.. ¿Crees que son realmente hombres valientes y de fe?, o…
son simplemente imprudentes.
Mis hijos repiten un refrán muy chistoso: “En la calle nada bueno sucede después de
las 2 de la madrugada”. Los Proverbios de Salomón comentas al respecto lo
siguiente:
El prudente ve el
peligro y lo evita; el insensato sigue adelante y recibe el daño. (Proverbios
22:3 PDT)
Sin lugar a dudas, Dios es nuestro
protector, nuestra ayuda y nuestro salvador; PERO la misma Palabra de Dios nos dice que
si conocemos que hay peligro, la prudencia nos indica que lo evitemos. El no
hacerlo, cae en el territorio de estar ‘tentando’ a Dios.
¿Recuerdas ayer que comentamos acerca de
hacer uno todo lo posible, y dejarle a Dios todo lo imposible?; pues este
proverbio se refiere exactamente a esto. El hacer nosotros todo lo que este en
nuestras manos, se refiere a que: si sabemos, somos concientes, y estamos advertidos
de algún peligro, deberemos de evitarlo a toda costa. ¿En que momento entra la acción
protectora sobrenatural de Dios?, cuando aunque hayamos tomado las precauciones
debidas, aunque andemos en paz y evitando peligros, el peligro mismo se nos
presenta frente a frente, y esto no fue por falta de precaución nuestra, sino
porque el mal anda por todos lados. Es aquí donde el poder sobre natural de
Dios nos librara de todo mal.
Recuerdo como hace años me compre la primera
camioneta Windstar que llego a México (1995), hasta ese momento solo existían en
México las Voyager, y al ir a cenar a un restaurante un sábado por la noche, unos
asaltantes entraron al lugar y asaltaron a todos los comensales. Lo primero que
pidieron fueron las llaves de la camioneta, las cuales les indique que las tenía
el Valet Parking, y pistola en mano, le quitaron a casi todos los comensales
sus carteras y joyas que pudieran traer consigo, excepto a mi esposa que
milagrosamente no le quitaron nada. Al retirarse los asaltantes, mi esposa me
pregunto: ¿Qué pasa, porque tanto movimiento?, milagrosamente el Señor la mantuvo
como dentro de una ‘burbuja’ para que no se percatara de nada y así evitar que
se asustara, el Señor, milagrosamente la protegió de
esta manera.
Posteriormente el seguro me pago la
camioneta, PERO ¿creen que me compre otra igual?... ¡NO!, llamaba mucho la atención
y como los robos de vehículos a mano armada estaban en aumento, preferí
quedarme con el auto que ya tenia. No fue cobardía el no insistir en una Winstar
en ese tiempo, fue ver el peligro y evitarlo.
En tus actividades normales que a diario
desarrollas, de seguro encontraras cosas emocionantes que pudieras hacer, pero
los datos acerca del peligro que conllevan, son de consideración; no lo medites
mucho, solo recuerda lo que escribió Salomón: “El que es inteligente ve el peligro y lo evita; el que es tonto
sigue adelante y sufre las consecuencias.” No hay que confundir valentía con tontería,
nuestro verdadero valor lo demostramos siguiendo las enseñanzas de nuestro Señor
Jesucristo.
Más vale inteligente vivo, que tonto y
valiente muerto… (Salomón)
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