jueves, marzo 22, 2012

¿Eres valiente o eres imprudente?

En Lugares como la Ciudad de México, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y demás ciudades tristemente celebres por su violencia, no es extraño encontrarse con cristianos que sabiendo que Dios los cuida y que los protege de todo mal, y apoyándose en el Salmo 23 y el 91, se aventuran alegremente por cualquier parte de la ciudad a cualquier hora del día y de la noche, ¿conoces a alguien así?.. ¿Crees que son realmente hombres valientes y de fe?, o… son simplemente imprudentes.

Mis hijos repiten un refrán muy chistoso: “En la calle nada bueno sucede después de las 2 de la madrugada”. Los Proverbios de Salomón comentas al respecto lo siguiente:  

El prudente ve el peligro y lo evita;  el insensato sigue adelante y recibe el daño. (Proverbios 22:3 PDT)

Sin lugar a dudas, Dios es nuestro protector, nuestra ayuda y nuestro salvador; PERO la misma Palabra de Dios nos dice que si conocemos que hay peligro, la prudencia nos indica que lo evitemos. El no hacerlo, cae en el territorio de estar ‘tentando’ a Dios.

¿Recuerdas ayer que comentamos acerca de hacer uno todo lo posible, y dejarle a Dios todo lo imposible?; pues este proverbio se refiere exactamente a esto. El hacer nosotros todo lo que este en nuestras manos, se refiere a que: si sabemos, somos concientes, y estamos advertidos de algún peligro, deberemos de evitarlo a toda costa. ¿En que momento entra la acción protectora sobrenatural de Dios?, cuando aunque hayamos tomado las precauciones debidas, aunque andemos en paz y evitando peligros, el peligro mismo se nos presenta frente a frente, y esto no fue por falta de precaución nuestra, sino porque el mal anda por todos lados. Es aquí donde el poder sobre natural de Dios nos librara de todo mal.

Recuerdo como hace años me compre la primera camioneta Windstar que llego a México (1995), hasta ese momento solo existían en México las Voyager, y al ir a cenar a un restaurante un sábado por la noche, unos asaltantes entraron al lugar y asaltaron a todos los comensales. Lo primero que pidieron fueron las llaves de la camioneta, las cuales les indique que las tenía el Valet Parking, y pistola en mano, le quitaron a casi todos los comensales sus carteras y joyas que pudieran traer consigo, excepto a mi esposa que milagrosamente no le quitaron nada. Al retirarse los asaltantes, mi esposa me pregunto: ¿Qué pasa, porque tanto movimiento?, milagrosamente el Señor la mantuvo como dentro de una ‘burbuja’ para que no se percatara de nada y así evitar que se asustara, el Señor, milagrosamente la protegió de esta manera.

Posteriormente el seguro me pago la camioneta, PERO ¿creen que me compre otra igual?... ¡NO!, llamaba mucho la atención y como los robos de vehículos a mano armada estaban en aumento, preferí quedarme con el auto que ya tenia. No fue cobardía el no insistir en una Winstar en ese tiempo, fue ver el peligro y evitarlo.

En tus actividades normales que a diario desarrollas, de seguro encontraras cosas emocionantes que pudieras hacer, pero los datos acerca del peligro que conllevan, son de consideración; no lo medites mucho, solo recuerda lo que escribió Salomón: “El que es inteligente ve el peligro y lo evita; el que es tonto sigue adelante y sufre las consecuencias.” No hay que confundir valentía con tontería, nuestro verdadero valor lo demostramos siguiendo las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.

Más vale inteligente vivo, que tonto y valiente muerto… (Salomón)


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