Desde el principio de la humanidad, las pinturas
rupestres, códices, pergaminos, tablas y los libros se escriben con un propósito;
para dejar una huella, para enseñar, para instruir, para entretener, etc., Así mismo, la Biblia fue escrita con el propósito
de que conociéramos a Dios y su magnifico plan de hacernos de su familia
mediante su Hijo Jesucristo, y también para que adquiriéramos FE en el.
“Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje
que se oye es la palabra de Cristo”. Romanos 10:17
Cada uno de nosotros evaluamos nuestra
vida en base a lo que nos es valioso, hay personas que todo lo ponen en perspectiva
de tiempo, otros de dinero, otros de títulos, otros de relaciones, etc. Yo
recuerdo que cuando estudiaba la Preparatoria (1970-1973), tenía un grupo de
amigos que siempre andábamos juntos; a la fecha solo sigo en contacto con mi
amigo Josue que desde entonces, aunque a la distancia, es muy cercano a mí. También
recuerdo a otro amigo, que le llamábamos ‘el coca-cola’, y cuando hablábamos del
precio de inscripción, o del precio de un libro, o del de un paseo, siempre el ‘convertía’
ese precio en la cantidad de tortas suizas que podría comprar con ese dinero en
‘La Casona’, que era la tiendita que estaba afuera de la escuela. Entonces, en
lugar de que un libro costara $120 pesos, para ‘el coca-cola’ costaba 30 tortas
suizas (que eran con jamón y queso suizo derretido).
Todos nosotros comprobamos la calidad de
lo que escuchamos, así como también de lo que comemos, y dependiendo del
resultado, es el nivel de importancia y preponderancia que le colocamos a esto
que oímos o probamos en nuestras vidas. Y esta preponderancia se filtra a todas
nuestras actividades cotidianas. Para mi amigo ‘el coca-cola’, el sabor de las
tortas suizas de la Casona, era tan impactante que bien valía la pena poner
todo lo referente a dinero, en relacion con estas ricas tortas.
En el
libro de Job dice:
“¿Acaso no comprueba el
oído las palabras como la lengua prueba la comida?” Job 12:11 NVI
Todos los días estamos expuestos a una
infinidad de fuentes de información, las cuales buscaran dirigir nuestros
pasos; toda la mercadotecnia de nuestro mundo actual, los maestros, los amigos
e incluso los enemigos mismos, los parientes, etc., etc., pero como dice Job,
PROBEMOS lo que escuchamos así como hacemos con lo que comemos, porque habrá
cosa que al escucharlas y creerlas no enfermen, de la misma manera como si
comemos un muy vistoso platillo de mariscos, pero descompuestos.
El marco de referencia en esta evaluación,
deberá de ser algo que no dependa de la moda, la política, la cultura, la
mercadotecnia ni los intereses personales de terceros, deberá de ser crudamente
verdadero y real, que no caiga en obsolescencia con el tiempo ni con las
situaciones geo-políticas… este algo solo puede ser LA BIBLIA, que ha sido
vigente, actual, verdadera y eficaz por mas de 3 mil años.
La próxima ves que tengas que decidir
hacer algo especifico, no lo pongas en términos de ‘tortas’, ponlo en términos
de lo que dice La Biblia.
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