miércoles, marzo 28, 2012

Los Frutos del Espíritu; ¿Sabes cuales son?

Mas el fruto del Espíritu es AMOR, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (Gálatas 5:22-23 RV)


Nuestro Señor Jesucristo indicó que las personas son como un tipo de árbol que da frutos, y por sus frutos se conoce la procedencia de cada cual; porque un árbol bueno, da buenos frutos y un árbol malo produce malos frutos (Mateo 7:16-20). Los cristianos somos transformados en árboles de justicia por medio de Jesucristo; por lo tanto, tenemos la capacidad de producir frutos agradables a Dios. La Biblia enseña que los frutos del Espíritu son el producto de crucificar al viejo hombre y vivir en el Espíritu de Dios (Gálatas 5:25), deleitándonos en la Palabra de Dios, meditando de día y de noche en ella (Sal. 1:2-3).

Todo fruto es producto de una siembra; en donde se trabajó la tierra, arándola, limpiándola y abonándola; luego se sembró la semilla, se regó y se cuido para que produjera fruto agradable (Isaías 5:1-2). De esa misma forma, se debe dejar que Dios trabaje nuestra tierra (nuestra vida y corazón), que limpie todo estorbo y suciedad, que sea alimentada y nutrida con el agua de la Palabra (Efesios 5:26), y vivir en el fluir del Espíritu Santo (Juan. 7:38)

Los frutos del Espíritu son producto de la comunión con el Espíritu Santo, que habita en los que han aceptado a Jesús como su Señor y Salvador, llenándonos,  guiándonos; y obedeciéndolo y permitiendo con esto que nos forme a la Imagen de Jesucristo.

El primer fruto del Espíritu es el AMOR, que tiene varias facetas: Gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza o dominio propio. En esta ocasión, iniciaremos con el AMOR, que es quien agrupa a todos los demás frutos. Es como si el AMOR fuera el fruto, y los otros 8 [gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre y templanza], fueran los gajos del mismo fruto. En los siguientes días veremos cada uno de los otros 8.  

  1. EL AMOR, Gálatas 5:22

La palabra “amor” proviene de la palabra griega “ágape” que también significa caridad. Según el diccionario Encarta el amor es el “vivo afecto o inclinación hacia una persona o cosa” y la definición de caridad es “virtud teológica que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos, por amor a Dios”, en esta definición están contenidos los dos mandamientos de los cuales Jesús dijo que dependía toda la ley y los profetas (Mateo 22:37-38), y que si los practicamos heredaríamos la vida eterna (Lucas 10:25.29), por lo que la voluntad de Dios para nosotros es que busquemos que el Espíritu Santo desarrolle este fruto en nuestra vida.

En 1 Corintios 13, leemos que las características del amor son: Sufrido, benigno, no tiene envidia, no guarda rencor, no se envanece, no es injurioso, no busca lo propio, no se irrita, no piensa mal, no se goza de la injusticia, se goza de la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta. Es decir que, cuando en nuestra vida se manifiestan estas virtudes, es evidencia inequívoca de que se está produciendo el AMOR como fruto del Espíritu.

El AMOR es la mayor de todas las virtudes (1Corintios 13:13), y por ello, nuestro más grande anhelo por un fruto espiritual, debe ser por el amor (1Corintios 14:1).

Ahora; ¿Cómo se mostrara este amor en nuestra vida?

a)  Amando a Dios sobre todas las cosas, (Lucas 10:27) Es uno de los mandamientos que Dios dejó escrito en la Ley Mosaica y lo repite Jesús. Debemos amarle con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas y con toda nuestra mente, es decir, con todo nuestro ser integral.

b) Amándonos unos a otros, (Juan 15:17) El Señor Jesús nos insta a amarnos unos a otros (Romanos 12:10). Amarnos unos a otros conlleva buscar el bien común, y eso le agrada a Dios, por eso en el Salmo 133:1 se nos dice “cuán bueno y agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía”. Aplica la regla de oro de Lucas 6:31; “Actúa con los demás, como quieras que actúen contigo”

c) Amando a nuestros enemigos, (Mateo 5:44) El Señor Jesús nos pide que los amemos y que oremos por quienes nos persiguen, porque ese es el ejemplo de Dios, nuestro Padre, que cuando nosotros éramos sus enemigos, por medio de la muerte de su Hijo fuimos reconciliados con Él (Romanos 5:10), así que cuando amamos a los que nos lastiman, estamos dando a conocer como pueden reconciliarse con Dios, enseñándoselos con nuestro actuar y nuestra forma de vida.

Amar a quien te expresa amor lo puede hacer cualquiera, pero amar al que no nos ama, es algo que es sobrenatural que solo proviene de Dios, porque su amor ha sido derramado en nuestro corazón por medio del Espíritu Santo (Romanos 5:5). Y porque no es natural. No se nos da fácil; es por esto que solo el Espíritu Santo en tu vida lo puede producir.

Si no lo sientes hoy, no busques desarrollarlo en tus propias fuerzas, mejor busca llenarte del Espíritu de Dios y el lo desarrollara en ti.


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