“Entonces se les abrieron los ojos y lo
reconocieron, pero él desapareció!” (Lucas 24:31 NVI)
¿Sientes como que Dios esta a un millón de kilometros de distancia? La verdad, esto no es cierto. Cualquiera que sea la tribulación que estás viviendo, tu puedes estar seguro de que no estas solo. Tienes a Dios de tu lado.
Pero tú no eres el único que alguna vez se ha preguntado: ¿dónde estaba Dios durante mi aflicción? En la mañana del domingo Pascua cuando Jesús resucito, justo después de su crucifixión, los discípulos se preguntaban lo mismo. En Lucas 24, leemos acerca de un par de discípulos en particular que iban por el camino de Emaús, hablando de todo lo que había ocurrido en los últimos días - de que Jesús había sido arrestado, golpeado y Crucificado - tratando de encontrarle sentido a todo esto. Ellos pensaban que Jesús era el Mesías, y sentían que sus sueños habían sido aplastados. Y también, ellos habían oído informes de que la tumba de Jesús estaba vacía. Estaban muy confundidos.
De repente, Jesús mismo se acercó a estos discípulos y se les unió en su viaje. Sin embargo, como ellos estaban tan apesadumbrados, no se dieron cuenta. Entonces Jesús les preguntó de que estaban hablando, por lo que los discípulos le dejaron saber todos lo que había sucedido. Jesús empezó a compartirles algunos pasajes del Antiguo Testamento que explicaban los acontecimientos de los últimos días.
Esa noche, mientras cenaban con Jesús, la Biblia dice que "De repente, sus ojos fueron abiertos y reconocieron a Jesús. Y en ese memento, desapareció" (Lucas 24:31)
Imagínate lo que esta experiencia fue para estos discípulos. El hombre que ellos creían que era Dios, había sido crucificado y muerto. Luego se enteran de que andaban diciendo que había resucitado, pero no lo creían. Entonces un extraño se junta en el camino con ellos, come con ellos, y de repente se dan cuenta ¡que es Jesús! Y luego se desaparece.
Los discípulos no pudieron ver a Jesús en medio de su dolor. Ellos necesitaban que Dios mismo se les revelara a ellos.
A ti también te ha pasado. No sé que es lo que has perdido en los últimos meses o años – tal vez sea un ser querido, tu salud, tu trabajo, una relación, o un negocio muy grande. Pero, si tú has tenido una pérdida así, es posible que también te hayas perdido del hecho de que Dios va caminando contigo a través de toda esta devastadora experiencia, va caminando exactamente junto a ti.
Tú nunca, nunca has estado solo durante este tiempo. No lo podías ver, pero él siempre ha estado allí.
Pídele a Dios que se muestra ante ti. Él quiere que tú lo veas. Él quiere que sepas que no estaban ni estas solo.
Medita en esto:
- ¿Cómo te muestra Dios su presencia?
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