Cuando nos encontramos en medio de las tribulaciones
y aflicciones, cuando estamos enfrentando el embravecido mar de los problemas,
es casi imposible estar sin ser conmovido, sin ser transpuesto de una posición
a otra, porque el temor y la incertidumbre nos asechan. SOLAMENTE estando
firmes en el Señor, se podrán enfrentar con éxito contundente todos los
problemas.
Salomón escribe que el hombre que esta
confiado en el Señor, no tendrá miedo de recibir malas noticias, porque nunca será
sacudido:
“El hombre bueno es compasivo y generoso; todos sus negocios los maneja
con justicia, y por eso nunca tendrá tropiezos. El hombre
justo siempre será recordado; vivirá sin temor a las malas
noticias, y su corazón estará
firme y confiando en el Señor.
Su corazón estará tranquilo, sin ningún temor, y llegará a ver la caída de sus
enemigos.”. (Salmos 112:5-8 RVC)
El Apóstol Pablo,
quien muy posiblemente haya sido quien enfrento mas penurias, problemas y
angustias en su vida apostólica, escribe en su carta a los Romanos, que se
encontraba tan firmemente parado sobre la roca inconmovible que es Cristo, que
NADA podría separarlo del amor de Cristo.
“¿Quién nos apartará
del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre,
la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: «Por tu causa
siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!»
Sin embargo, en todo
esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los angeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa
alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha
manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor." (Romanos 8:35-40 NVI).
El mismo Señor
Jesucristo nos enseño que al enfrentar las tormentas de la vida,-- y da por seguro
que siempre te vendrán--, lo que hace la gran diferencia es el tipo de cimiento
que tenga tu vida, el lugar en que estés parado es lo que hará la diferencia,
entre soportar y permanecer de pie o derrumbarte al colapsarse tus cimientos. Jesús
dijo:
“»Por tanto, todo el
que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que
construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los
ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se
derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me
oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que
construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los rios, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y esta se derrumbo, y grande fue su ruina. (Mateo 7:24-27 NVI).
Esta vida no es
un jardín de rosas, siempre tendremos batallas que pelear, colinas que
conquistar y gigantes que derrotar. A esta vida llegamos luchando a brazo
partido para sobrevivir, y continuamos de la misma manera para subsistir. Aunque
te encuentres en la posición mas encumbrada, tendrás que enfrentar luchas para permanecer
ahí.
Ahora; el sabio
rey Salomón escribió que la solución es estar confiado en el Señor; San Pablo escribió
que la solución es estar rodeado del amor de Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.
Jesucristo mismo dijo que ante los problemas de la vida que se presentan como
tormentas tempestuosas, la solución es contar con un cimiento de roca donde se
asegure nuestra vida…
¿Pero como
podemos desarrollar este cimiento?
Jesucristo dio la
respuesta… “todo el que me oye
estas palabras y las pone en práctica”
La solución para
mantenernos firmes ante los avatares de la vida, es cimentar nuestra vida en Dios;
y este cimiento solo se puede construir en tu vida mediante el escuchar y poner
en práctica lo que Jesús enseño.
Mañana
continuamos…
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