jueves, mayo 10, 2012

Cuida El Crecimiento Espiritual De tus Hijos

"Cuiden ustedes de las personas que Dios dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a Dios. Cuídenlas, como cuida el pastor a sus ovejas. Háganlo por el gusto de servir, que es lo que a Dios le agrada, y no por obligación ni para ganar dinero.  No traten a los que Dios les encargó como si ustedes fueran sus amos; más bien, procuren ser un ejemplo para ellos." (1 Peter 5:2-3 NTV)

Jesús protegió el espíritu de sus discípulos.

¿Qué significa esto para tus hijos? Que tú debes proteger su dignidad, su autoestima y su espíritu. Date cuenta del poder de tus palabras, que pueden curar o lastimar.

Solemos decir, "Palos y piedras pueden romper mis huesos, pero las palabras nunca me harán daño". ¡Esto es absolutamente erroneo!

Las palabras hieren más que los palos y las piedras. Un niño puede romperse una pierna o un brazo, y sanará sin problemas, pero algunos de ustedes todavía están bajo una maldición, porque cuando eran niños, su papá o mamá les dijo: "Tú nunca vas a llega a ser alguien en la vida" Y tú todavía estás tratando de demostrar que estaban equivocados. Todavía estás solo reaccionando a la vida en vez de estar actuando. 

Como padres debemos entender el poder de nuestras palabras para herir o para sanar. Un padre puede aplastar a su hija con solo una frase --- o edificarla. Lo mismo es totalmente real con los hijos. John Eldredge, en su libro "Corazón salvaje", dice que la mayoría de los hombres van por la vida solo reaccionando a lo que el llama "la herida del padre". Cada niño, a medida que crece, quiere tener su hombría afirmada, y la persona más importante para afirmársela es su padre.

Si no encuentran esa afirmación en su padre, trataran de afirmase de muchas otras maneras. Vivirán toda su vida tratando de compensar algo que su padre nunca les dijo, como: "Estas bien, hijo. Eres todo un hombre. Estas en lo correcto. Eres muy valioso.” 

El apóstol Pedro, al escribir a los pastores de su época, da consejos que son aplicables a todos los líderes, incluyendo a las madres y los padres: "Alimenten, protejan, guíen, y animen a la grey de Dios que es su responsabilidad [que incluye a tus hijos]... no dominando en forma arrogante ni siendo dictadores ni personas prepotentes...; sino siendo un ejemplo, un modelo de vida cristiana ".

Piensa en esto: 

  • ·¿Cómo usas tus palabras para edificar a tus hijos?
  • ¿Cómo podrías estar dañando con tus palabras a tus hijos?
  • Habla con tus amigos cercanos sobre cómo pueden afirmar a sus hijos, y ser consientes de la responsabilidades de cada uno de ustedes.

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