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“Mientras me negué a confesar mi
pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día.” (Salmo 32:3 NTV)
Tu cuerpo no está diseñado para mantenerlas dentro. Cuando guardas tu sentimiento de culpa dentro de ti, es como si agitaras una lata cerrada de refresco. Tarde o temprano explotara.
David lo dice de esta manera en el Salmo 32:3-5: " Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día… mi fuerza se evaporó como agua al calor
del verano. Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa…. ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa
desapareció.
Los médicos dicen que mucha gente podría dejar el hospital de inmediato, si supieran cómo deshacerse del sentimiento de culpa que sienten o del resentimiento por cosas que le hicieron a otras personas y cosas que otros les hicieron a ellos. Piensa en esto: Dedica unos minutos y ponte en oración pidiéndole a Dios que te perdone por todas las cosas que has hecho contra los demás y los heriste. Luego ora a Dios pidiéndole que te quite cualquier resentimiento y amargura que sientas contra las personas que te han herido. Pídele a Dios que te ayude a perdonar a esas personas; y con esto, empezara a mejorar tu salud. |
domingo, mayo 27, 2012
La Confesión Te Mantiene Saludable
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