domingo, mayo 20, 2012

Dios Nunca Te Abandonara a Tu Suerte


"¡Ojalá lleguéis a comprender cuán inmenso es el poder con que Dios ayuda a los que creemos en él! Es el mismo poder que desplegó resucitando a Cristo de entre los muertos y haciéndolo sentar a su derecha en el cielo,(Efesios 1:19-20 CST)

La confianza no es algo fácil de mantener. Ayer, vimos acerca de encontrar la confianza necesaria para empezar de nuevo después de fallar. Pero, ¿cómo puedes encontrar el poder para seguir adelante una vez que empiezas de nuevo? 

Todo el mundo quiere poder. Vas a encontrar muchos libros en las librerías acerca de como vestirte y comportarte para obtener poder.
  
¿Sabias que Dios te quiere dar poder?, en  Efesios 1:19-20 dice: "que entiendan la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en él. Es el mismo gran poder  que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios, en los lugares celestiales." (NTV). 

Podemos aprender dos verdades importantes de este verso:

La Resurrección de Jesucristo demuestra lo poderoso que es Dios. Ese mismísimo poder está disponible para ti.

Si
Dios pudo levantar a Jesús de entre los muertos, entonces él puede manejar cualquier problema que le entregues. Ningún problema es demasiado grande. Se especializa en casos desesperados. Tú le puedes decir: "Tú no conoces mi situación económica" o "Tú no sabes cual es mi problema de salud" o "Tu no sabes por lo que estoy pasando en mi matrimonio”. Dios si lo sabe y lo conoce a la perfección, y él puede hacer que el poder requerido para la Resurrección de Cristo este a tu disposición.

Dios va a terminar lo que comenzó en ti. Tu fracaso no se lo impide Puedes tener toda la confianza del mundo en las palabras de Dios escritas en Filipenses 1:6: "Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva." (NTV ).

 Todo lo que Dios comenzó en tu vida, lo va a terminar. No va a renunciar a ti. Tú puedes renunciar a Dios, pero Dios nunca renunciar a ti.

¡Y esta verdad, eleva y fortalece tu confianza!




Preguntate lo siguiente:

·         ¿Cómo comparas tus problemas con los que Jesús enfrento y venció en la cruz?

·         Piense en las diversas maneras en que Dios ha estado trabajando en tu vida durante el último año. A pesar de todas las eventualidades y dificultades que has enfrentado,  ¿tienes la certeza de que él todavía está trabajando en tu vida para tu bien?

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