Siguiendo con el
estudio de nuestro ser TRINO; Nuestro ESPIRITU es el que es REDIMIDO por la
muerte en la cruz de Jesucristo; nuestro ESPIRITU es el que es SALVADO por la sangre
de Cristo Jesús; nuestro ESPIRITU ES EL QUE NACE DE NUEVO; de aquí que nos
llamemos CRISTIANOS NACIDOS DE NUEVO, o RENACIDOS en Cristo. En Cristo, tu eres
una nueva criatura, eres de la familia de Dios, tu hermano mayor es Jesucristo
y nuestro Padre es Dios.
“Jesús le respondió: «De cierto, de cierto te
digo, que el que no nace de nuevo, no puede ver el
reino de Dios.» Nicodemo le dijo: «¿Y cómo puede un hombre
nacer, siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar en el vientre de su
madre, y volver a nacer?» Jesús le respondió: «De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de agua y del
Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
(Juan 3:3-5 RVC)
Así
mismo, nuestra ALMA que son nuestros sentimientos, carácter y mente, tiene que
ser RENOVADA a diario; nuestra alma no es redimida, solo es renovada. San Pablo
nos lo dice de la siguiente manera:
“No se amolden al mundo
actual, sino sean transformados mediante la renovación de su
mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios,
buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2 NVI)
Nuestra
ALMA y nuestro ESPIRITU tienen una vinculación muy estrecha, ya que somos un
ESPIRITU que tiene una ALMA. Puesto que el ALMA es nuestra mente,
conocimientos, voluntad, carácter y sentimientos; es aquí donde la Palabra de
Dios hace su nido, y al habitar la Palabra en nuestra Alma, nuestro carácter,
emociones, conocimientos y decisiones son guiados y sancionados por la Palabra
de Dios.
Algo
interesante es lo siguiente: el conocimiento de la Palabra de Dios (logos) entra
a nosotros por nuestra ALMA (conocimiento), que es la ventana hacia el mundo material; y una
vez que hacemos esta Palabra de Dios ‘carne’ en nuestra vida, recibimos un
RHEMA de la Palabra de Dios a nuestra vida, que es un verdad absoluta o
revelación personal de Dios para ti, y esta revelación que transforma tu vida,
se anida en tu ESPIRITU. Recordemos que es en tu ESPIRITU donde habita el
ESPIRITU SANTO DE DIOS, y desde ahí, actúa con todo su poder a través de tu
ALMA y finalmente de tu CUERPO.
Tu
CUERPO, solo seguirá las instrucciones de tu ALMA, por lo que la única manera
de controlar tu CUERPO es mediante la RENOVACION de tu ALMA en las SAGRADAS
ESCRITURAS. Tu cuerpo se ira deteriorando poco a poco a lo largo de toda tu
vida; que es todo lo contrario a tu ESPIRITU y tu ALMA, los cuales serán cada
día mas fuertes en Dios y mas parecidos a Jesucristo. Pero nuestra esperanza
es, que un día, este cuerpo mortal y corruptible se vestirá de incorrupción,
convirtiéndose así, en un cuerpo glorificado, como el de Jesús al levantarse de
la muerte y salir de la tumba.
“El Señor mismo descenderá
del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los
muertos en Cristo resucitarán primero.” (1 Tesalonicenses 4:16NVI)
En
un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues
sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y
nosotros seremos transformados. Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo
incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad. Cuando lo
corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad,
entonces se cumplirá lo que está escrito: «La muerte ha sido devorada por la
victoria.» (1 Cor 15:52-54 NVI)
Tu
CUERPO se revelara contra tu ESPIRITU, por lo que tratara de convencer a tu
ALMA, pero la Palabra viva y eficaz en tu ALMA, rechazara estos intentos de tu
CUERPO. A esto lo conocemos como TENTACION. ¿La has sentido? ¿Has querido hacer
algo que no agrada a Dios pero que a tu CUERPO le encantaría hacerlo?
También
tu ALMA tratara de jugarte una mala pasada, tratando de controlar a tu
ESPIRITU, poniendo dudas y desaliento en tu mente. Los más comunes y peligrosos
son los más sutiles y aparentemente inofensivos. ¿Alguna ocasión has pensado
que NO eres hijo de Dios? ¿Has creído que porque te portaste mal, el Señor te
ha desechado como su hijo? Si cayeras en esta mentira de tu ALMA, te sentirías
totalmente desprotegido y huérfano; PERO la Palabra dice que el ESPIRITU SANTO
DE DIOS le asegura a tu ESPIRITU que eres hijo de Dios, y ambos platican y se
comunican porque están juntos, siempre juntos.
“El Espíritu mismo le
asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.” (Romanos 8:16 NVI)
Tú no necesitas pedirle
a Dios una señal para creer y confirmar que eres su hijo; no necesitas como
Gedeon poner un vellón de lana de diferentes maneras para que te confirme que
eres de la familia de Dios, el mismo ESPIRITU DE DIOS te confirma a tu ESPIRITU
que ¡ERES DE LA FAMILIA DE DIOS! Y
CREEME, QUE Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se
arrepienta.
Si has cometido algun
pecado, ve como los sacerdotes (como hijo de Dios) y lávate a diario en la
sangre del cordero, porque como hijo de Dios, como la familia de Dios, tienes
acceso a la ‘fuente de bronce’ para limpiarte y lavarte.
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