Hay un
tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: (Eclesiastés
3:1 LBLA)
A medida que vas creciendo hacia la madurez espiritual, hay
varias maneras de cooperar con Dios en este proceso –
Creer que
Dios está trabajando en tu vida, incluso aun cuando no lo sientas. El
crecimiento espiritual es a veces un trabajo tedioso, da un pequeño paso a la
vez, y esperar un crecimiento gradual.
También hay estaciones en tu vida espiritual. A veces, experimentaras un corto e intenso estallido
de crecimiento (primavera), seguido por un período de estabilización y prueba (otoño
e invierno).
Escribe en un cuaderno o en un diario las lecciones
aprendidas. No me refiero a un
diario de los acontecimientos, sino un registro de lo que estas aprendiendo. Anote
las ideas y las lecciones que Dios te enseña acerca de él, acerca de tu vida, y de
todo lo demás.
La razón por la que debes
volver a repasar las lecciones pasadas, es porque se nos olvidan. Revisando tu diario
espiritual regularmente puedes ahorrarte mucho dolor y sufrimientos innecesarios.
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