La
Casia representa la ADORACION AL HIJO DE DIOS. La CASIA nos habla de la
intimidad con Cristo. La CASIA nos muestra la postración ante la inmensa santidad de Dios. La CASIA, es también
conocida como canela aromática, la cual se usa como un aceite donde se asientan
las más finas y selectas fragancias.
“Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad;
por tanto Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría
más que a tus compañeros. Todas tus vestiduras están perfumadas con mirra,
áloe y casia; desde palacios de marfil te han alegrado con
instrumentos de cuerda.” (Sal 45:7-8 LBLA)
Al referirse a la CASIA como
parte del perfume de Dios, este es un símbolo de la unción divina. Dios ha
ungido a Cristo con un aceite se suave y dulce fragancia que proviene de la
presencia misma de Dios. Todas las vestiduras del Hijo de Dios están perfumadas
con el aceite de la presencia de Dios
Esto es lo que sucede al estar
en el Lugar Santísimo, la presencia de Dios, de Jesucristo y del Espíritu Santo
se fusionan con tu presencia en este lugar. El velo del Templo se tuvo que rasgar
de arriba hacia abajo al momento que Jesús moría en la cruz, para que tu y yo pudiéramos
entrar a este magnifico lugar y ser uno con nuestro Dios y Señor, postrados
ante su santísimas presencia y siendo uno con ellos, contagiándonos de su
fragancia, que es su unción.
Al estar en esta condición de
unidad con Dios, se cumple lo que el salmista escribió:
“Un abismo llama a otro
abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas se han precipitado
sobre mí”. (Sal 42:7 NVI)
La presencia total y completa
de Dios, la Gloria misma de Dios, solo se alcanza en el Lugar Santísimo, después
de haber pasado por los siguientes lugares del Templo, que son sombra y figura
de nuestra actualidad y realidad:
Por las PUERTAS de entrada;
donde nos RECONCILIAMOS CON DIOS, nos hacemos de su familia por medio de
Jesucristo.
Por el ALTAR DEL SACRIFICIO;
donde fuimos REDIMIDOS, por la sangre de Jesucristo.
Por la FUENTE DE BRONCE; donde
fuimos santificados por la resurrección de Jesucristo.
Por la LAMPARA DE 7 BRAZOS;
donde fuimos iluminados a la Luz de su Palabra.
Por la MESA DE LOS PANES; donde
fuimos fortalecidos, renovadas nuestras fuerzas y plenamente satisfechos por
haber hecho carne Su Palabra.
Por el ALTAR DEL INCIENSO; donde
exaltamos a nuestro Señor y Salvador Jesucristo
Y en EL LUGAR SANTISIMO; donde
lo estamos tocando y al hacerlo, experimentamos como “todas tus ondas y tus olas se han precipitado
sobre mi”
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