sábado, junio 23, 2012

CASIA, una fragancia de Jesús


La Casia representa la ADORACION AL HIJO DE DIOS. La CASIA nos habla de la intimidad con Cristo. La CASIA nos muestra la postración ante la inmensa santidad de Dios. La CASIA, es también conocida como canela aromática, la cual se usa como un aceite donde se asientan las más finas y selectas fragancias.

Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad;  por tanto Dios, tu Dios, te ha ungido  con óleo de alegría más que a tus compañeros. Todas tus vestiduras están perfumadas con mirra, áloe y casia; desde palacios de marfil te han alegrado con instrumentos de cuerda.” (Sal 45:7-8 LBLA)

Al referirse a la CASIA como parte del perfume de Dios, este es un símbolo de la unción divina. Dios ha ungido a Cristo con un aceite se suave y dulce fragancia que proviene de la presencia misma de Dios. Todas las vestiduras del Hijo de Dios están perfumadas con el aceite de la presencia de Dios

Esto es lo que sucede al estar en el Lugar Santísimo, la presencia de Dios, de Jesucristo y del Espíritu Santo se fusionan con tu presencia en este lugar. El velo del Templo se tuvo que rasgar de arriba hacia abajo al momento que Jesús moría en la cruz, para que tu y yo pudiéramos entrar a este magnifico lugar y ser uno con nuestro Dios y Señor, postrados ante su santísimas presencia y siendo uno con ellos, contagiándonos de su fragancia, que es su unción.

Al estar en esta condición de unidad con Dios, se cumple lo que el salmista escribió:  

 “Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas  se han precipitado sobre mí”. (Sal 42:7 NVI)

La presencia total y completa de Dios, la Gloria misma de Dios, solo se alcanza en el Lugar Santísimo, después de haber pasado por los siguientes lugares del Templo, que son sombra y figura de nuestra actualidad y realidad:

Por las PUERTAS de entrada; donde nos RECONCILIAMOS CON DIOS, nos hacemos de su familia por medio de Jesucristo.
Por el ALTAR DEL SACRIFICIO; donde fuimos REDIMIDOS, por la sangre de Jesucristo.
Por la FUENTE DE BRONCE; donde fuimos santificados por la resurrección de Jesucristo.
Por la LAMPARA DE 7 BRAZOS; donde fuimos iluminados a la Luz de su Palabra.
Por la MESA DE LOS PANES; donde fuimos fortalecidos, renovadas nuestras fuerzas y plenamente satisfechos por haber hecho carne Su Palabra.
Por el ALTAR DEL INCIENSO; donde exaltamos a nuestro Señor y Salvador Jesucristo
Y en EL LUGAR SANTISIMO; donde lo estamos tocando y al hacerlo,  experimentamos como “todas tus ondas y tus olas  se han precipitado sobre mi”


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