Uno de los
principales obstáculos para hacer la voluntad de Dios, no es el que la
desconozcas; sino que es nuestra propia voluntad y deseo personal de hacerla.
Para hacer la voluntad perfecta, absoluta y soberana de Dios, tienes que
¡QUERER HACERLA! ¿Te sorprende esta aseveración?, pues permíteme decirte que desde hace miles de
años, desde el mismo Jardín de Edén, el hombre y la mujer han decidido libre y
voluntariamente, el NO hacer la voluntad de Dios.
Y si conociendo
la voluntad de Dios, como la conocían Adán, Eva y Caín, decidieron NO HACERLA;
así mismo los hombres, desde que empezaron a conocer a Dios, como su libertador
de Egipto, “con el
tiempo
se olvidaron de los milagros de Dios y no esperaron a conocer los
planes (voluntad) que Dios tenía para ellos”. No les intereso conocer cual era la voluntad
de Dios para su vida:
“Sus
enemigos los odiaban, pero murieron
ahogados en el mar. Tú los libraste
de ellos; ¡ningún egipcio quedó con
vida! Entonces nuestros padres creyeron
en tus promesas y te cantaron alabanzas;
pero al poco tiempo
se olvidaron de
tus hechos y no esperaron a conocer
los planes que tenías. Eran
tantas sus ganas de comer que allí, en pleno
desierto, te pusieron a prueba y te exigieron comida. Y
tú los complaciste, pero también les
enviaste una enfermedad mortal.” (Salmo
106:10-15 TLA)
Dios
les complació en lo que le pedía su pueblo en medio del desierto, y cabe
señalar que se lo pidieron con reproche y reclamo; y Dios, les concedió sus
peticiones, pero también le mando un juicio divino.
Que
maravillosos en conocer la voluntad de Dios para nuestra vida; y tan bien que
peligroso es conocerla pero no tener ganas de hacerla. En la Biblia vemos un
ejemplo muy claro de esta situación. En el tiempo en que Israel peregrino en el
desierto, vivía en Moab un hombre llamado Balán, a quien le pidieron que maldijera a este
numeroso pueblo de Israel que había salido de Egipto, por temor a que por su
gran tamaño los invadiera.
Dios
hablo a Balán, indicándole su PERFECTA VOLUNTAD , diciéndole:
“Pero
Dios le dijo a Balán: —No
irás con ellos, ni pronunciarás ninguna maldición sobre los israelitas, porque
son un pueblo bendito.” (Números 22:12 NVI)
Pero Balan escucho los ofrecimientos materiales
que le hicieron los de Moab para que maldijera a Israel. Y con esto en su
corazón, diciendo que quiere hacer la voluntad de
Dios, prosigue su camino para maldecir a
Israel. En el camino tiene un encuentro con el ángel de Dios que se interpone
en su camino, al grado que su burra habla audiblemente y le reclama el mal
trato, y Balan estando en tanta confusión, ni siquiera se sorprende de esto y
empieza a dialogar con su burra. Posteriormente el ángel del Señor, le da a
conocer a Balan, la VOLUNTAD PERMISIVA DE DIOS, diciéndole que valla a la cita,
PERO que solo diga lo que Dios le indique.
” Pero el ángel del Señor le dijo a
Balán: —Ve con ellos, pero limítate a decir sólo lo que yo te mande. Y Balán se
fue con los jefes que Balac había enviado” (Números 22:35 NVI)
Cuando
uno como hijo de Dios le preguntamos ¿Cuál es tu voluntad para mi vida?, el
Señor esta esperando que nuestro amor por el, nuestra fe y confianza en su
inmensa sabiduría, no haga obedecer su perfecta y absoluta voluntad, sin cuestionar ni
argumentar nada; Pero desgraciadamente, cada día la voluntad de Dios es mas y
mas cuestionada. Pareciera que al conocerla, le respondemos a Dios: “No, no, no; tu no los conoces tan bien como yo los conozco Señor; lo que
hay que hacer es…”
Y
muy frecuentemente confundimos el inmenso amor permisivo de Dios por nosotros,
al dejarnos hacer otra cosa de la que el nos pidió, como lo hizo Balan, cayendo
en la Voluntad Permisiva de Dios para nuestra vida. Con esto, lo único que
obtendremos es que el plan maestro de Dios para que alcancemos nuestra plenitud
y completa realización como sus hijos en esta vida, NO SE CUMPLA. Y esta es la
principal razón por la que muchas personas en la actualidad sienten que solo
sobreviven, que solo existen, pues no tienen ningún propósito de vida, ninguna
meta trascendental y que sobrepase tiempo y espacio.
Y
tu mi querido amigo; ¿Conoce la voluntad de Dios para tu vida?.. Pero me
refiero a su VOLUNTAD PERFECTA para ti en especial, no a la voluntad permisiva que
usamos tan seguido…
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