Hemos visto que todo lo
que esta escrito en el Antiguo Testamento, es una sombra de lo que habría de
venir; es una figura de Jesucristo. Las cuatro fragancias de Cristo, aparecen
desde que Dios instruyo a Moisés a elaborar el aceite de la unción, cada componente
de este aceite sagrado, representa a Jesús el Hijo de Dios. MIRRA PURA, CANELA
AROMATICA, CALAMO AROMATICO (NARDO) y CASIA.
“Luego el Señor le dijo a Moisés: «Recoge especias selectas —5,7 kilos
de mirra pura; 2,9 kilos de canela aromática; 5,7 kilos de cálamo
aromático;
y 5,7 kilos de casia—
calculado según el peso del siclo del santuario. Consigue también 3,8 litros de
aceite de oliva.
Con la misma técnica
que emplea un experto fabricante de incienso, combina estos ingredientes para
elaborar el aceite sagrado de la unción. (Éxodo 30:22-25 NTV)
La
MIRRA nos habla de los sufrimientos de Jesucristo como hombre. La mirra estuvo
presente en toda la vida de Jesús, desde su nacimiento:
“Yal entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y
postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron
presentes: oro, incienso y mirra. (Mat. 2:11 RV)
Hasta
el momento en que fue crucificado en el monte Calvario, ahí también estuvo
presente la mirra, como un símbolo de su naturaleza humana, Jesús murió como
hombre en la cruz; el Hijo de Dios hecho hombre que nunca cometió pecado.
Y le dieron
a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó. (Marc. 15:23)
Y en su tumba, donde creyeron
colocar su cuerpo para siempre, también estuvo presente la mirra, una vez mas, como testimonio físico de su humanidad:
“Lo acompañó
Nicodemo, el hombre que había ido a ver a Jesús de noche. Llevó consigo unos
treinta y tres kilos
de ungüento perfumado, una
mezcla de mirra y áloe.” (Juan 19:39 NTV)
En
el libro de los Salmos del rey David, también habla como la Mirra es parte del perfume
del escogido.
“Porque amas la justicia y odias la maldad, Dios, tu Dios, te ha ungido como rey; ha derramado en ti el perfume de alegría; ¡te eligió a ti, y
no a tus compañeros! Mirra,
áloe y canela perfuman tus vestidos, y en los palacios de
marfil te brindan alegría”. (Sal. 45:7-8 RVC)
También,
cuando Salomón escribe en el Cantar de los Cantares, al referirse al novio, se
esta refiriendo a Jesús, el Hijo de Dios, el novio que esta esperando a su
novia la iglesia:
“Sus mejillas son como jardines de especias que esparcen aromas. Sus labios son como lirios, perfumados con mirra”.
(Cant. 5:13 NTV)
“Mi amado es para mí como el saquito de mirra que duerme entre mis pechos”. (Cant. 1:13 NVI)
La
MIRRA nos muestra a Jesús, el Hijo de Dios, como una persona que vivió, sintió
y sufrió como cualquiera de nosotros y mucho más. Algunas personas creen que Jesús
al morir en la cruz, murió como Dios, pero ¡NO! Jesús para identificarse
plenamente con nosotros, acepto nacer de la Virgen María y vivir bajo las
mismas leyes y condiciones que cualquier ser humano, siendo el único en toda la
historia de la humanidad, que vivió 33 años sin cometer pecado alguno, y por
esta razón, pudo morir en esa cruz para pagar la pena de muerte que recae sobre
todos los que hemos cometido aunque sea un solo pecado, como tu y como yo. La
Mirra como fragancia de Jesús, fluye mediante sus sufrimientos como hombre; ¡y
solo por amor a ti!
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