"¡Tú guardarás en perfecta paz
a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus
pensamientos." (Isaías 26:3 NTV
Pregúntate, "¿Yo lo ocasione?" La Biblia dice: "Cada uno cosecha lo que siembra" (Gálatas 6:7 b). Frecuentemente estamos frustrados por muchas cosas en nuestra vida, cosas que nosotros mismos nos pusimos a cuestas.
Pregúntate, "¿Qué puedo aprender de esto?" Romanos 8:28 dice: “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien." Hay muchas cosas malas en el mundo, pero todas las cosas trabajan coordinadamente juntas. Dios puede tomar lo negativo y convertirlo en algo positivo si se lo permitimos. Utiliza tu irritación como una oportunidad para ser más como Cristo.
Da gracias a Dios en medio de la situación. 1 Tesalonicenses 5:18 dice: "den gracias a Dios en toda situación". Tú no tienes que estar agradecidos por una mala situación, pero se puede estar agradecido en una mala situación. La frustración puede ser una bendición disfrazada.
Transforma la frustración en un evento divertido y humorístico. La Biblia dice: "Un corazón alegre es la mejor medicina;" (Proverbios 17:22). El sentido del humor es el antídoto de Dios para la ira y la frustración.
Pídele a Dios que te llene de su amor. ¿Por qué? Debido a que en 1 Corintios 13:5 dice: "[El amor] No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor." El amar es darte de ti mismo, no es egoísta. Nos irritamos porque creemos que todo y todos tienen que girar en torno nuestro. El amor es concentrarte en la otra persona.
Jesús se enfrentó a constantes frustraciones, pero nunca se irrito. Él siempre dedico tiempo para la gente. Estamos tan preocupados por nuestras propias cosas que nos olvidamos que las personas son la prioridad en la vida.
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