"Y no vivan ya como vive todo el mundo.
Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar.” (Romanos 12:2a TLA)
Te sugiero te preguntes lo siguiente: "¿Me gusta enojarme?" "¿Logro mis propósitos cuando me enojo?" "¿Puedo alcanzar mis propósitos en una forma más efectiva?" "¿Cómo podría ser diferente?”
Escribes tus respuestas en una carta dirigida a ti mismo y léetela en voz alta una vez por semana durante seis meses, - que serán 26 veces. Además, tomate el tiempo para leerla en la presencia de otra persona. Esto puede parecer mucho trabajo, pero yo te preguntaría: ¿estás en serio de querer cambiar los malos hábitos en tu vida? ¿Qué tan serio estás de querer tomar el control de tu ira?
Te sugiero usar versículos de la Biblia en tu carta, para que la Palabra de Dios llene tus pensamientos, transformadote mediante la renovación de tu mente. Esto te va a cambiar.
La verdad es que la gente enojada son personas inseguras. Cuanto más inseguros somos, más cosas nos molestan. Cuanto más inseguro soy, más me enojo y mas irritable me pongo.
Pero esta es la cosa: Cuando tú comprendas lo mucho que Dios te ama y conozcas tu posición de seguridad en Cristo, y cuando entiendas cuánto le importas a Dios, entonces tú serás mucho menos propenso a estar irritable.
Medita en esto:
Lee Efesios 1 y Romanos 8. Estos pasajes bíblicos están en contra de la ira, porque nos muestran lo mucho que Dios nos ama y que estamos seguros en él.
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