“No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan
ustedes mismos. Llévenla a la práctica.” (Santiago 1:22
NVI)
Un buen hábito es el siguiente: Después de leer la Biblia, en una sola frase escribe una aplicación de lo que acabas de leer. Esto te ayudará a convertirte en un "hacedor de la Palabra", y no tan sólo un oidor.
¿Qué hace que una aplicación bíblica escrita en una sola frase sea buena? Debe contener cuatro características:
Debe ser PERSONAL. No se puede escribir una frase de aplicación bíblica para otra persona. No se trata de lo que el mundo tiene que hacer o de lo que tu cónyuge tiene que hacer o de lo que tus hijos tienen que hacer. Se trata de lo que TU tienes que hacer
Debe ser PRÁCTICA. Tu aplicación debe ser algo que realmente puedas hacer y algo que seas capaz de planear hacerlo. Las generalidades no te ayudarán en nada. De hecho, estas producen muy poca acción y te hacen sentirte impotente.
Debe ser POSIBLE. Si verdaderamente no puedes llevar a cabo la aplicación bíblica que escribiste, es muy probable que te desanimes. Si la aplicación es que necesitas orar 5 horas diarias, no podrás lograrlo. No pasar un día sin oración. Eso es práctico. Orar por cinco horas no lo es.
Debe ser DEMOSTRABLE. Necesitas fijar un plazo para lograrlo. Sin un plazo y una meta especifica, no podrás comprobar si lo lograste. Entonces sólo habrá sido una buena intención.
Puedes hacer esto con cualquier porción de la Biblia que estés leyendo. La Biblia dice: "Pero no sólo escuchen (lean) la Palabra de Dios. Tú debes hacer lo que la Palabra dice. De lo contrario, sólo te estas engañando a ti mismo. "
Medita acerca de esto:
·
Después de
leer todo lo anterior, ¿cómo cambiará tu tiempo de lectura de la Palabra?
·
¿Qué
aplicación de la Biblia escribirás en una sola frase el día de hoy, y la pondrás
en practica hoy mismo?
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