Guardamos en lugar seguro los papeles y documentos que son de sumo valor para uno. Los títulos, certificados y pasaportes, los bonos y acciones al portador, el efectivo por si cerraran los bancos por la catástrofe, y cualquier otra cosa que sea de suma utilidad en caso de una catástrofe. Esta costumbre surgió a partir de los grandes desastres naturales que han golpeado a las diversas ciudades del mundo. Este lugar superseguro en tu casa, también deberá de ser de fácil y rápido acceso; porque en el caso de un terremoto, incendio o tsunami, solo se contaran con un máximo de 60 segundos para tomar estos documentos y salir del lugar.
El salmista también habla de un lugar donde atesorar lo más valioso que uno posea, y también tendrá que ser de rápido acceso para tenerlo en el preciso momento en que se requiera:
“En mi corazón he atesorado tus palabras, para no pecar contra ti.” Salmo (119:11 RVC)
El salmista pone como lo más importante, útil y valioso en su vida, las palabras de Dios, y las coloca donde nadie las podrá robar y si podrá tener acceso a ellas en segundos.
Recuerdo muy bien a una dama de la Ciudad de México que cuando temblaba en la ciudad por un movimiento telúrico, salía corriendo de su casa repitiendo lo que tenia almacenado en su memoria, que podía repetir sin tener que concentrarse en ello; si te parabas junta a ella, podías escuchar lo siguiente: “Mexicanos al grito de guerra, el acero aprestad y el bridón…”; para mis amigos que no son de México, esto es nuestro Himno Nacional.
Por otro lado, mi madre cada vez que sucedía algo así, ella no salía corriendo al jardín de su casa, solo se quedaba dando vueltas en el mismo lugar, y repitiendo “¡sangre de Cristo!”… Todo esto nos dice que en momentos de sumo estrés, nos bloqueamos de tal manera que solo lo que esta profundamente grabado en la mente, podremos verbalizarse.
Y tu mí querido amigo, cuando al ir viajando en un auto ves que se te impactaran otro vehiculo contra tu costado; esos segundos antes de que esto suceda ¿Qué es lo que dices?, te sorprendería muchísimo el conocer este aspecto de las personas cercanas a ti, pues en esas fracciones de segundo, nadie puede aparentar o disimular; todos sin excepción se comportan auténticamente.
Lo que has guardado celosamente en tu mente y tu corazón, es de lo que podrás echar mano en el instante de mayor angustia. Una maldición, una queja, un insulto o una promesa de Dios de la cual te aferres en esos momentos. Cualquier cosa que tengas guardada celosamente, de eso es de lo que echaras mano.
En uno de los relatos de la tragedia del tornado en Joplin Texas en el verano del 2011, se narra como el tornado levanto la Hummer de un joven que viajaba con su padre, de regreso de su graduación de High School, succionando al joven a través del ‘quema cocos’, y mientras esto sucedía, el padre que estaba en el asiento del pasajero, trataba con todas sus fuerzas de retenerlo dentro del vehiculo sosteniéndolo de las piernas. El padre del joven cuenta que mientras esto sucedía, solo podía escuchar el rugir del viento y la voz de su hijo repitiendo el Salmo 23: “El Señor es mi pastor y nada me faltara…”
Por ultimo, ¿que tienes guardado en tu memoria y en tu corazón para los momentos mas angustiosos de tu vida? Medita en esto, y selecciona una parte de la Escritura que te ‘conecte’ con la protección de Dios, su amor y cuidado por ti. Dios siempre esta contigo, y esto que memorizaras, te hará estar en contacto con el.
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