Dios creo el
mundo de tal forma, que fuéramos bendecidos. El creo la Tierra de forma
esférica y suspendida en el vacío, para que al efectuar los movimientos de
rotación y traslación, se produjeran las estaciones del año, el día y la noche:
El está asentado sobre el globo
de la tierra, cuyos moradores son como langostas: él extiende los cielos
como una cortina, tiéndelos como una tienda para morar:” (Isaías 40:22 RVA; 724
años A. C.)
Extiende el alquilón sobre
vacío, Cuelga la tierra sobre nada.” (Job 26:7 RVA; 1,450 años A. C.)
Nuestro Señor
creo las leyes naturales que nos rigen, para usarlas a nuestro favor, leyes que
estarán vigentes mientras exista el planeta Tierra:
“Mientras la tierra
permanezca, habrá cultivos y cosechas, frío y calor, verano e invierno,
día y noche»”. (Génesis 8:22 NTV; 1,513 años A.
C.)
Y
también Dios proclamo, mediante el profeta Malaquías, el UNICO RETO que Dios
nos lanza a nosotros su creación e hijos de El (“Probadme
ahora en esto”):
“Pruébenme en esto
—dice el Señor Todopoderoso—, y vean
si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que
sobreabunde.” (Malaquías 3:10b NVI; 500 años A. C.)
Todo
lo anterior te sirve para conocer la predisposición, la intención, las ganas,
el profundo deseo de Dios ¡de BENDECIRTE! Y la única ocasión donde Dios habla de
abrir las compuertas de las bodegas de los cielos, donde están aguardándote las
mas grandes y voluminosas bendiciones de Dios para ti, es la ocasión donde Dios TE DESAFIA,
TE RETA a que hagas la prueba con El, y en respuesta a esto ¡Dios te
bendecirá!... Y de que manera… “hasta que SOBREABUNDE”
El
hecho de aceptarle SU DESAFIO A DIOS, es LITERALMENTE estar con los brazos
abiertos, esperando las cataratas de bendición, que NO serán figurativamente
hablando, sino que literalmente te
caerán encima, te aplastaran, te cubrirán, te quitaran el aliento y hasta en momentos
desaparecerás de la vista en medio de tanta bendición.
“Si
escuchas la voz del Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti,
y te alcanzarán:” (Deuteronomio 28:2 RVC)
Si pones a Dios
como lo primero en tu vida; las bendiciones de Dios literalmente te ‘tacklearán’,
por su enorme abundancia y volumen.
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